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54 (344) P. Luis Sarriés Congo ,es de 1,8; en Marruecos, 2,3; en Argentina, 2; en Brasil, 2,7; en Colombia, 2,3; en Venezuela, 3. La media de América Central y de América del Sur es de 2,7, lo que significa un crecimiento tan acele– rado como en Asia. Como hemos indicado más arriba, Asia ofrece un interés mayor, porque en áreas más o menos iguales que Estados Unidos y la Unión Soviética se concentran poblaciones siete veces superiores. Los índices de natalidad oscilaban entre un 35 y 50 por 1.000 hasta la primera guerra mundial. En la India, el promedio ha sido de 45 por 1.000; 39 por 1.000 en el Vietnan; 40 por mil en Filipinas. Después de la segunda guerra mundial es cuando en algunas naciones se han no– tado movimi~:mtos de contracción. El caso más típico es Japón, en donde el promedio de natalidad desciende de 35 por 1.000 en el pe– ríodo 1920-1924, a 29,2 por 1.000 en 1930-1934. Después de la se– gunda guerra mundial baja de 34,5 en 1947 a 17,2 en 1957. En la India y Pakistán se perciben síntomas de una ligera tendencia al des– censo. En la primera mitad del siglo los índices rebasarían el 45 por 1.000, mientras que en los últimos años parece que se mantie– nen a niveles inferiores 19 • 4) Problemas que crea la explosión demográfica en los países sub– desarrollados. Los índices de natalidad y la reducción de la mortalidad en ge– neral, sobre todo de la infantil, hacen que crezca el número de per– sonas dependi,entes de los adultos, con los consiguientes problemas de subsistencia, enseñanza, vivienda. Como, por otra parte, también se alarga la edad media de vida del hombre, se produce, al cabo de po– cos años, un exceso enorme de mano de obra que no puede ser ab– sorbido por la capacidad industrial de la nación y que exige grandes inversiones, que superan la capacidad de estos países. Bajo este as– pecto, la situación de los países subdesarrollados es mucho peor que la de Europa en el siglo pasado. Las industrias no necesitaban en– tonces capitales tan elevados para levantar los centros industi::iales, factorías, etc., que, además, absorbían a masas enteras de traba- 19 Future Population Estim,ates by Sex and A.ge . Re,port IV. Tlie population of Asia and the Far East, 1950-1980. Naciones Unidas, Nueva York, 1959; pági– na 110.

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