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Presión demográfica y bienestar social 51 (341) añaden otras veces factores económicos, sistemas de redistribución social, etc. Por ejemplo, una política familiar que conceda máximas ventajas a las familias a medida que va aumentando el número de hijos puede favorec,er la natalidad solamente hasta cierto nivel, y de ahí en adelante restringirla, consiguiéndose efectos contrarios a los pretendidos. Todo porque la proceación es una manifestación, en parte, del comportamiento social humano. Si tenemos presentes los análisis y previsiones de Malthus, ad– vertimos que fueron absolutamente falsos en Europa. Lo mismo pue– de sucedernos ahora lanzando cifras para el futuro. Prueba patente de ello es que las previsiones demográficas para el año 2000 varían, según las hipótesis, en más de 2.000 millones de habitantes. En ef.ec– to, la Comisión de la Población de las Naciones Unidas afirma que la población mundial en el año 2000 s,erá como máximo 6.906.000.000 y como mínimo 4.880.000.000. Como conclusión de esta parte recojamos las palabras de la M a– -ber et Magisitra: "el equilibrio entre el aumento demográfico y los medios de subsistencia en el plano mundial no parec,e hallarse en peligro grave por el momento ni para un futuro próximo. Los argu– mentos que se emplean en torno a este problema son tan dudosos y discutibles que nada cierto puede inferirse de ellos" ("MM", 168). 3) El problema de la superpoblación en los países subdesarrollados. Matices muy diferentes y más graves presenta la población en los países subdesarrollados. Para muchos de ellos la tesis de Malthus, como tendJencia, es momentáneamente válida. La poblaci6n crece más rápidamente que la renta nacional. Los demógrafos han convenido en admitir un ciclo demográfico que comprende cuatro fases principales. La primera fase es la del equilibrio natural. La natalidad y la mortalidad permanecen a nive– les muy altos. La natalidad se mueve entre 35 y 45 por 1.000 y la mortalidad suele marcar índices levemente inferiores. En esta fase "Une conduite sociale reste toujours une conduite, et est done déterminée, en derniere ,analyse, par un ensemble de valeurs regues dans une société détermi– née". PEDRO CALDERAN BELTRÁO: Vers une politique de bien-etre familial. Elé– ments d'wne normative économique et sooiale de la politique familiaZe. Roma, 1.957; págs. 110 y sigs.

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