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256 AURELIO LAITA coloca su primer biógrafo Celano a Francisco: «Hasta muy cerca de los veinte y cinco años de edad perdió y consumió miserablemente el tiempo ... Esforzábase en sobrepujar a los demás en el fausto de la gloria mun– dana para ser la admiración de todos. Sobresalía en los juegos, en los pasatiempos, en las risas y palabras vanas, en los cantares, en los ves– tidos muelles y lujosos; porque poseía muchas riquezas, mostrábase no avaro y sí pródigo; no acumulador de bienes, sino disipador de fortuna; cauto negociante, mas vanísimo disipador... » 10 La Leyenda de los Tres Compañeros pinta a san Francisco como un joven que «se entrega por completo al afán del lucro y a atender el comercio» 11 • b) El mundo juvenil. La descripción de Celano sobre el joven Fran– cisco nos hace pensar que éste no sólo pensaba en el mundo o gremio de los comerciantes, sino también en la diversión como líder de la juven– tud de Asís y en la defensa de los derechos de sus conciudadanos y más aún, en el ideal caballeresco. Muestra de esta búsqueda de sentido a su vida, en estos aspectos indicados, es su participación en 1199, a los diez y siete años de edad, en la destrucción de La Rocca, fortaleza construida en el año 1174 por orden de Barbarroja, poniendo de este modo fin a la libertad de la ciudad de Asís; y en 1202 en la lucha contra la ciudad vecina y rival Perugia, en la que permanece prisionero durante un año hasta que es rescatado por su padre. Pero si estos dos acontecimientos eran importantes en orden a su opción, más lo iba a ser su decisión de armarse caballero. «Francisco, dice la Leyenda de los Tres Compa– ñeros, ardientemente anhelaba ponerse en camino» 12 • La ocasión se la brindó el Señor Gualtiero de Brienne, en 1205, cuando éste se dirigía a la Puglia en contra del emperador, en aquella Europa «bicéfala» 13 • En este marco ambiental no podemos menos de admirar a un Fran– cisco joven deseoso de hacer él mismo una opción personal que, como hemos dicho, constituye lo más esencial de la libertad. Ser él y no otro. Por este motivo, tal vez la juventud sienta una gran atracción hacia san Francisco; más aún, cuando, como dice J. Girardi, «la necesidad de situar en el centro de la vida una opción personal es hoy particular- 10 1 Celano n. 2. El texto castellano lo hemos tomado de la Edición de la BAC, San Francisco de Asfa, 4.• edición. El texto crítico puede verse en EsSER, K., Die Opuscula des H. Franziskus von Assisi. Neue Textkritische Edition, Edition «ad claras Aguas», Grottaferrata (Romae), 1976. n 3 Compañeros, 2. 12 3 Compañeros, 5. 13 LE GoFF, P., Civilisation du moyen Age, Arthaud, París, p. 319.

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