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UN HOMBRE LIBRE: S. FRANCISCO DE ASIS 267 ción de las riquezas por medio del rechazo del dinero y la pobreza de corazón y de hecho (Le 9, 58; Mt 6, 24). Por otra parte, Francisco vive en un tiempo y en una Iglesia donde soplaba fuertemente «el movimiento de pobreza» 43 , que él lo hace propio en su experiencia personal y en su motivación fundamental, como ya hemos indicado: «seguir la pobreza y humildad de nuestro Señor Jesu– cristo» 4 4. «Francisco posee una sensibilidad inteligente que le permite inter– pretar, tanto a la luz de la fe como a la luz puramente racional, sus experiencias de joven mercader ciudadano. El captó la relación existente entre el dinero y la vida de la sociedad, y sabe que toda modificación de las finanzas y de la moneda implica una modificación de las relacio– nes sociales, lo cual no deja de acarrear inconvenientes a la vida evan– gélica, dado que la justicia y la caridad se ven afectadas por dichos cambios antes que cualquiera otra cosa. Y justamente en el naciente siglo XIII, período de organización y de expansión económica, el dinero, con todo su sistema de préstamos, de participación, de capitalización, de cambio, se convierte cada día más en una fuerza que linda con el poder político por obra del dominio económico. Así lo comprende Fran– cisco, con una inteligencia intuitiva y no sistemática, con una experiencia no especulativa sino vivida. Por eso su pobreza, considerada en un plano social y humano, es un rechazo del dinero como poder, ese poder que él ve en acción, maniobrado y maniobrante, tanto en la ciudad de Asís como en la distribución de los beneficios eclesiásticos. Si Francisco no quiere para sí y sus hermanos tierras, ni títulos, ni rentas, ni prebendas, es porque rechaza, en el fondo de todo ello, el poder, la tiranía, la injus– ticia engendrada por la posesión del dinero» 45 • Tenemos abundantes textos de la vida de Francisco donde se pone de relieve esta libertad. Pero tal vez nos interese más citar algunos del «Proyecto de vida» que, además de ser muestras de su experiencia, mar– can la orientación de sus seguidores: a) ein general, tenemos que comenzar por la presentación del capí– tulo VI de la Regla Bulada sobre la pobreza que lleva este título «Que '' LAITA, A., Tendencias y movimientos renovadores en la actualidad y en la Edad Media. Aportación franciscana, Verdad y Vida, 35 (1977) 20?-'.'0.S. 44 1 Regla, 9. 45 DIJK Van, w. Ch., l. c., p, 40.

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