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SAN FRANCISCO DE ASIS, HOY 261 econom1ca, social y eclesial, escribe S'. Ciasen, tiene la posibilidad de mirar hacia atrás, hacia una solución histórica: la de san Francisco de Asís, quien resolvió el problema, no por medio de una nueva ordenación del mundo de la economía, de la sociedad y de la Iglesia, sino por medio de un repensar las exigencias cristianas del Evangelio. En cualquier caso, le pareció más importante y provechoso «la vida según la norma del· Evan– gelio» que todas las recetas de una: reforma social, porque estaba claro para él que sólo sería razonable el desgaste de fuerzas en la cuestión social cuando no se buscase el cambio de la situación de las personas, sino el de su mentalidad» 17 • Dada la capital importancia de estos principios-base de la experiencia de san Francisco para nuestro tiempo, los describimos someramente. 1. La experiencia de fe Ante la crisis de fe de nuestro tiempo y también del suyo, Francisco aporta su experiencia radical .de fe. Para él ninguna otra cosa de este mundo hay que desear tener si no es «el Espíritu del Sefíor y su santo dinamismo» (2 Regla, 10). Más aún, según él, no se debe apagar «el espí– ritu de la santa oración y devoción, al cual todas las otras cosas tempo– rales deben servin> (2 Regla, 5). Y asf lo hizo él. Después del descubri– miento del evangelio, ya no quiso ·saber ni hacer otra cosa que no fuera observarlo. Y como en un mismo impulso vital, Francisco descubriera aCristo en el evangelio, ya no anhelaba otra cosa «que conformarse en todo al Cristo del evangelio» (LM. c5, n.º 1). De ahí que el seguimiento de Cristo, la imitación de Cristo y la adhesión a Cristo sean expresione1-: que nos indican el principio fundamental de su experiencia y de su espf • ritualidad. «Fundada sobre una experiencia mística privilegiada, dirá Ches– terton, esta adhesión no es una actitud teológica, ni una abstracción, sino el movimiento de toda una persona hacia su ser amado exclusivamente y considerado como actualmente presente» 18 • Conscientemente y de continuo Francisco quiere vivir como su Maestro. Desde su renuncia a la familia y a los bienes de este mundo ante el obispo de Asís, nos dice Celano, se adhiere perfectamente a Cristo Jesús (1 Cela- 11 S. CLASEN, Francisco de Asís y la cuestión social, en Selecciones de Francisca– nismo, n;º 9, 1974, p. 274. 1s G. K. CHESTERTON, Saint Franco.is d'Assise, París, 1925, p. 13s, citado por E. LoNGPRÉ, en Dict. de Spir., V, art. Fréres Mineurs, col. 1277.

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