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vuit servari, sive beus sive horno. Patet ergo quod non sunt aequalia peccata omnium transgressionum, et quomodo potest de eorum quanti– tate iudkari quintuplici ·consideratione » 193 • Concluyamos, pues, sub– rayarido el influjo predominante de la intención del prelado o legis– lador y el escaso e insignificante del objeto o materiia de los preceptos y transgresiones. Tampoco Ricardo de Middleton estudia expresamente el problema del illlflujo que ejerce el objeto o materia sobre la gravedad de las leyes y preceptos. Sin embargo, reconoce de modo claro y explícito la existencia no sólo de pecados veniales por imperfeción del acto humano 194 , sino también de pecados veniales y mortales ex suo genere; pero no hace alusión alguna a la parvedad de materiia 195 • Resulta imposible determinar la extensiiÓn de los peca:dos mortales y veniales ex genere suo. Por otra parte, cabe apuntar en el haber de Ricardo de Middleton su oposición clara y decidida a la opinión según la cual los movimientos espontáneos de la sensualidad constituirían siem– pre pecado venial, por más que levísimo. Ricardo enseña que pueden sobrevenir dichos movimientos sin ninguna culpabilidad personal y, de hecho, se experimentan inculpablemente siempre que la voluntad no ha sido causa o motivo de semejante experiencia 196 • Finalmente, como distiJntivos de la materia grave y leve y, por lo mismo, del pecado mortal y venial, pueden contarse la imposición de dicha ma– teria bajo pr·ecepto o prohibiJción 97 , la pena eterna que merece 198 y 193 Ibídem, p. 54. Véase también, lDEM, Expositio regulae B. Augustim, n. 12, en Opera de mta regulari, vol. 1, Romae 1888, p. 64 s. 194 RrcHARDUs DE MEDIAVILLA, SUtper quatuor libros sententiarum, Brixiae 1591, lib. 2,, dist. 42, art. 2, q. 2, p. 512: « Non tanturn cadit deordinatus voluntatis actus a ratione peccati mortalis propter imperfectionem actus...; sed etiam prorpter cOllldicionem actionis exterioris vofüae, quae non est contra unum de 10 praeceptis, nec implicite, nec explicíte, nec di.recte, neo indirecte ». Véase. también ibídem, dist.. 21, art. 3, q. 1, .p. 266; dist. 24, art. 4, q. 5, p. 319; dist. 42, art. 4, q. 1, p. 515. 195 Imdem, dist. 24, art. 4, q. 5, p. 319; dist. 21, art. 3, q. l, p. 2,66. 196 Ibídem, dist. 24, . art. 4, q. 1, p. S.14: « Ad istam quaestionem dicunt aliqui, quod in sensualitate homdnis habentis usum liberi arbitrii, est peccatum veníale, sed non mortale... Ego autem dico, quod inordinatio sensua.Htatis potest esse sine omni culpa, si volluntas non est causa illius inoroinationis, nec omittendo. nec COllmildttendo, nec antecedenter, nec concornitanter ». 197 Ibídem, p. 314 s.; dist. 21, art. 3, q. 1, p. 266; dist. 42, art. 2, q. 2, p. 511 s. 10s Ibídem, p. 511 s. 69
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