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determinar ia extensi~n que atribuye santo Tomás a la mateda grave y a la leve; pero puede decirse que la lectura de sus obras produce la impresión de que la materia grave posee una grande amplitud y muy reducida, en cambio,. la materia leve. Esta impresión se inten– sifica si se tiene en cuenta que parece que el Angélico, lo mismo que · los teólogos anteriores y contemporáneos, ignor~ la existencia de la p•a,rvedad de materia, es decir, la existencia de pecados mortales ex genere suo que se transforman en veniales debido a la reducción notable de su objeto o materia 18 ". Ahora bien; ¿qué influjo ejerce el objeto o materia sobre la gravedad de los preceptos? El santo doctor dominico no da en parte alguna de sus obras respuesta clara a esta pregunta; pero sí que nos ofrece ciertas propiedades de la materia grave y de la materia leve que nos podrían ayudar a formular una respuesta bastante aproximada. En oposición con la materia leve, la materia grave de un pecado implica repugnancia con la caridad de Djos y del prójimo 188 ; aparece siempre impuesta ba¡o precepto o prohibición 189 ; significa que el hom- p. 315. Véase también Summa theolDgica, 1.2., q. 88, a. 2,, in c, en Opera omnia, t. 7, Romae 1892, p. 134. , _ 187 ÜRSENIGO E., La parvita di materia nella lussuria : riflessioni storico-dot– trinali, en La scuola cattolica 92 {1964) 430 s. : « Non andiamo errati dicendo che la no&ra problematica della "parvitas materiae" difficilmente · si potrebbe ritrooore in san Tommaso. La sua prospettiva nel giudicare se un peocato e mor- , tale o veniale sem,bra essere sempre orientata piuttosto a soorgere una eventuale "impefectionem actus"... L'imp['essione che, in definitiva, si ha Ieggendo san Tormnaso, e che (o ci sbagliamo?) non sarebbe di:fficile dimostraxe come, per luí, nessun peccato mort;al,e "ex genere' possa diventare veniale ex parvitate materiae ». Esta cuestión merecería un estudio y un examen más amplio y detallado, al que no podemos dedicarnos por el momento. Nuestro parecer provisional es que el Angélico admite una cierrta parvedad de materia que, sin embargo, no puede presentarse como titulo con valor propio para transfonnar en veniales los pecados ex genere ,SUD mortales. Dioho con otras palabras: el corncepto tomista de pecado mortal ex genere suo no coincide plename11te.. con nuestra idea de pecado mortal ex toto genere SUD. 188 S. THoMAs, De malo, q. 7, a. 1, in e, en Opera omnia, t. S, p. 316: « Contingit quod aliquod peccatum contrarietur caritati vel non contrarietur, ex ipsD genere operis, quod est ex parte obiecti vel materiae, quae est contraria caritati vel non contraria ». Ibídem, a. 4, ad 1, p. 823: « Ad primum dicendurn quod iracundia importat motum ad nocendum proximo. Inforre proximo nocu– mentium, ex SUD gen-ere est peccatum mortale, quia repugnat caritati quantum ad dil,ectionem proximi >. 189 Ibídem, a. 3, ad 16: « Vir gustando de ligno scientiae booi et mali fecit contra praeceptum divinum; et ideo peccavit mortaUter: et similiter ratio superior quandDcumque peccat faciens contra praeceptum divinum, peccat mortaliter ». 67
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