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luntad; ei que pertenezca a tai o cual género o especie se debe, en cambio, al objeto o mqteria del acto pecaminoso 181 • Pero se equivoca - si éste es realmente su pensam~ento - cuando enseña que, a dife– rencia del pecado venial, para que exista verdadero pecado mortal basta que o la intención o la materia sea gravemente desordenada 182 • Realmente, el objeto o materia de los preceptos y de, sus corres– pondientes transgresiones ejerce un influjo notable sobre la gravedad de los mismos; pero el maestro franciscano no quiere arriesgarse a proponer un criterio general por el que llegar a descubrioc qué materia de pecado es incompatible con el amor prevalente de Dios. ¿Será tal vez aquella materia que ha sido impuesta bajo forma pre,ceptiva según la intención del legislador? A esta interrogación que Alejandro de Hales deja pendiente, responde con bastante claridad el seráfico doctor san Buenaventura. Efectivamente, hay que admitir dos clases generales de pecados ve– niales: la primera comprende los pecados veniales por imperfección del acto humano, es decir, los cometidos irmprovisamente o sin pleno consentimiento; en cambio, la segunda abarca todos los pecados ve– niales cometidos con deliberación y consentimiento. Estos últimos nunca recaen sobre materia grave y son veniales porque el desorden que importan, no está prohibido• bajo precepto 183 • De aquí nos parece se podría concluir que la forma .preceptiva impuesta por voluntad del legislador se puede considerar, según el pensamiento de san Bue– naventura, como criterio de distimción de la materia grave. Lo que 1 81 fbidem, n. 62, p. 78. 1 s 2 fbidem : « Dicendum quod mortale peocatum est secundum duas dllie– ren.tias: vel quando intendit id quod est mortale in genere, ut si intendit peccare mortaliter vel adulterarl. vel aliquid huiusmodi; vel quando intendit aliquid quod est mortale, quad tamen non credit esse mortale. Utroque autem modo dicitur esse intentio rnortalis: mortale enim peccatum in intentíone rodicatur, et sufficit ad rationem mortalís quod alterum sít mortale, vd intentio vel opus; ad hoc autem quod sit veniale requiritur utrumque es,se veniale, intentíonem scilicet et genus opería » •. 183 S. BáNAVENI'URA, In quatuor libros sententiarum, lib. 4, dist. 16, pars 2, a. 3, q. 1, in c. en Opera omnia, t. 4, Ad Clatas Aquas 1889, p. 409: « Dicen– dum quod triplex est genus venialis peccati. Quoddam enim est ex subreptione, et ideo veniale, quia vitari non potest tune. Quoddam ex cogitatione sine volun– tate sive consensu, et ideo veniale quia non plene consentit horno, uA: in cogjta– tatione de muliere et delectatione citra consensum in delecta1ionem. Quoddam est vemale cum ratione et consensu; sed tamen ideo est veniale, quia non est deordinatío contra praeceptum, ut ebrietas et mendacium iooosum ». Véase también ibídem, lib. :2, dist. 42, a. 2, q. 1, ad 2, en Opera omn,ia; t, 2, Ad Claras Aquas 1885,. p. 965 s. 65

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