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respuesta precisa y definida, porque Rica11do de S. Víctor no se preo– cupa en absoluto de esta cuestión; más aún, parece que no lo consi– dera ni como elemento constitutivo ni ,como criterio distintivo de la gravedad de los preceptos y de sus correspondientes transgresiones. Guille:Pmo de Amxerre o Antisiodorense no trata expresamente del influjo que el objeto o materia puede ejercer sobre la gravedad de cualquier pecado o trans,gresión. Sin embargo, al enseñar qrie la materia de un consejo es obligatoria sub mortali, cuando ha sido impuesta bajo precepto o prohibición, viene a demonstrar el escaso influjo que el objeto o materia ejerce sobre la gravedad de dichos preceptos o prohibiciones 173 • Quizá no carezca de un cierto signifi– cado en favor de la eficacia del objeto o materia, el hecho de que el AntisiO'dorense admite diversa gravedad entre los pecados veniales: algunos, graviora o magna venialía, son comparables con la leña; otros, quotidiJana et levia, sólo pueden compararse con la hierba y la paja 174 • Un examen rápido y superficial sobre cuanto llevamos expuesto, podría dar pie al lector para formular, entre otras, las dos observa– ciones siguientes: a) el objeto o materia de los preceptos y pecados es muy poco considerado por los teólogos de este perído; b) aun concediendo que durante este período se admiten pecados mor– tales y pecados veniales por su mismo objeto o naturaleza, parece que puede afirmarse que se desconoce el concepto de parvitas mater_iae y, por lo mismo, la existencia de pecados (de suyo mortales) veniales por parvedad de materia. 2. - De Gregario IX (t 1241) a Clemente V (t 1314) Gregorio IX no aclara absolutamente ninguno de los problemas a que acabamos de referirnos. Y es que ni siquiera una sola vez alude expresamente al objeto o materi1a al tratar de determinar el número y la gravedad de los preceptos del código minorítico. Sin embargo, no creemos equivocarnos si afirmamos que, para Gregorio IX, no existe verdadera dependencia entre la materia del precepto y la gravedad de su obligación. Así se explica fácilmente que ciertos consejos evan- 173 GuLIELMUs ANr1ssIODORENs1s, Summa aurea in quattuor libros senten• tiarum, Frankfurt/Main, Unveriinderter Nachdruck 1964, lib. 3, tr. 17, q. 3 fol. 213r. 174 Ibídem, lib. 4, fol. 271v.272r. 62