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l. - De san Anselmo (t 1109) a Gregario IX (t 1241) Los autores de este período parece que no han sabido apreciar y distinguir debidamente el significado e influjo que el objeto o materia ejerce sobre la gravedad de las leyes y preceptos. Por eso precisamente no es fácil determinar con claridad su pensamiento; pues si, por una parte, minimizan el valor del objeto o materia de las leyes y preceptos al hacer depender su gra\'edad casi exclusivamente de la intención del prelado o legislador, por otra, lo encarecen excesivamente al admitir que cualquier materia es capaz de soportar una obligación sub mortali. Esta es, efectivamente, la impresión que produce san Anselmo de Cantorbery en su Líber medítati'onum et orationum 155 • Tratándose de un libro de sermones y 1neditaciones se explica sin dificultad que, al ponderar y encarecer la malicia de cualquier pecado en cuanto ofensa de Dios, el santo obispo benedictino no encuentre ninguno realmente leve o pequeño, lo mismo si se ha cometido con acciones o palabras que con pensamiento, omisión o silencio 156 • Según esto, el objeto o materia aparece como un elemento del que en modo alguno depende la gravedad de las leyes y preceptos. No es ciertamente tan explicable que en una obra más teológica, como lo es el Cur Deus homo; vuelva san Anselmo sobre la misma idea y enseñe que una simple mirada dirigida contra la voluntad de Dios, constituiría un verdadero pecado grave 157 • Más aún; cualquier cosa, por mínima que sea, consütuye pecado grave siempre que se realiza u omite contra la voluntad de Dios: « Sic graviter peccamus, quotiescunque scienter aliquid quamlibet parvum contra voluntatem Dei facimus » 158 • De donde resulta que el objeto o materia representa 155 S. .ANsELMUs, Liber meditatíonum et orationum, en PL 158, col. 709"820. Io6 Ibídem, med. 2, en PL 158, col. 728: « Forsan parvum quid putas aliquod peccatum: utinam distriotus iudex parvum existimaret alíquod peccatum. Sed heu me! nonne pecoatum per praevaricationem Deum exhonorat? Quid ergo? Peocatum peccator audebit dicere parvum? Deum enim exhonorare, quando parvum est? O lig;num aridum ert inutile, aeternís ígníbus dígnum, quid respon– debis in illa die, cum exigetur a te usque ad íctum ocuU, omne tempus vivendi tibi impensum, qualiter fuerit a te expensum? Tune quippe condemnabitut quidquid fuerit inventum in te operís vel otíí, sermonís et sílentií, usque ad minimam cogítationem, etiam quod vixisti, si non fuerit ad Dei voluntatem direotrun... ». 56 157 IDEM, Cur Deus homo, lib. 1, cap. 21, en PL 158, col. 300 s. 15 s Ibídem, col. 394.
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