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pecado mortal por ser ofensa de Diot1 31 • Si realmente existen transgresio– nes sólo veniales, se debe a la voluntad y misericordia divina que no quiere imputárnoslas como pecados mortales: « Nulla offensa Dei est venialis de se, nisi tantumrnodo per respectum ad divínam míserícor– diam quae non vult de facto quamlibet offensam imputare ad mortem, cum illud posset iustissime. Et ita concluditur quod peccatum mortale et veniale in esse tali non distinguuntur intrinsece et essentialiter, sed so– lum per respectum ad divinam gratiam quae peccatum istud imputat ad poenam mortis et aliud non. Omne enim peccatum culpabile ex sui indi– gnitate mortiferum est » 132 • En cambio, ninguna transgresión de leyes o preceptos meramente humanos puede constituir pecado mortal; o dicho con otras palabras, la gravedad de las leyes y preceptos humanos no depende de la volutad del superior 133 • Sin embargo, al reconocer y com– batir el abuso de autoridad por parte de los legisladores humanos, Ger– són viene a confirmar la existencia de la opinión según la cual la gravedad de dichas leyes humanas depende de la intención del legis– lador 134 . Alfonso de Madrigal, el Tostado, puede considerarse con razón como el más concluyente defensor de la doctrina que propugna que la gravedad de las prescripciones positivo-divinas y humanas depende de que éstas hayan sido impuestas o prohibidas bajo precepto. Por ello no puede menos de extrañar que no atribuya explícitamente a la voluntad o intención del superior la obligación sub mortalí de dichas prescripciones. Sin embargo, no cabe duda de que éste es realmente su pensamiento. Y lo confirma implícitamente, pero con suficiente cla– ridad, al enseñar que el pecado venial no está prohibido bajo pre– cepto, porque, si realmente lo estuviera, el pecado venial ipso facto dejaría de serlo y se convertiría en pecado mortal: « Non obligamur vitare omne peccatum veniale... Et patet, qu1a tune omne peccatum veniale, efficeretur mortale, quia quaecunque cadunt sub praecepto 131 GERSONrus l., Líber de vita spirítuali animae, lect. 1, en Ioannis Ger– sonii opera, pars 3, Parisiis 1606, col. 166 s.: « Omne peccatum pro quanto est offensa Dei et contra legem aetemam, est de, sua condicione et indignitate mortiferum secundum rigorem iustitiae et a vita gloriae separativum... Et ex his radi– cibus.. videtur licet sufficienter deductum quod omnis offensa Dei est mortifora ex sua condicione et indignLtate... Patet etiam de veniali ». 132 Ibídem, col. 167. 133 Ibídem, lect. 4, ooroll. 1, en loannis Gersonii opera, pars 3, col. 200. 134 Ibídem, coroll. 4, col. 202 s.; coroll. 11, col. W7 s.; ibídem, lect. 2, col. 175. 48
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