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más aún, sin pretender, por el momento, entrar a discutir las afirma– ciones del gran canciller de París sobre las leyes y preceptos humanos, ,creemos que su actiitud demuestra elocuentemente que, en su tiempo, se admitía comúnmente que la transgresión 'de todo precep,to, aún de los impuestos por autoridad humana, constituía pecado mortal. Algunos años más tarde, ya en pleno siglo XV, nos encontramos con el renombrado teólogo y exegeta español Alfonso de Madrigal (1400-1455). A Alfonso de Madrigal se le cita y conoce más común– mente bajo el nombre de Abulense y, sobre todo, de Tostado y, bajo este nombre, su vasta producción literaria goza merecidamente de categoría proverbi!al. El Tostado, a diferencia de Gersón, nos va a confirmar plenamente y con argumentación orilginal las enseñanzas de los grandes maestros del siglo XIII. Efectivamente, coincidiendo con alcunos teólogos franciscanos de esta centuria, examina amplia– mente, a la luz de la biblia, el contenido y significado moral de las admoniciones, consejos y preceptos, y nos recuerda a Duns Escoto al contraponer consejo y precepto: el consejo en sentildo amplio com– prende todo lo que no es precepto 51 • Hablando con más propiedad y precisión, los preceptos y prohibiciones miran a lo que es necesario hacer o evitar; ,en cambio, los consejos, en sentido estricto, se refieren a lo que es bueno hacetr o cumplir y es también bueno no . cumplir, si bien lo uno es mejor que lo otro; las admonilciones, que pueden considerarse como consejo en sentido amplio, propiamente no son ni consejo ni precepto; pero, al implicar una cierta necesidad, se acercan al precepto más que el consejo. Por eso en la biblia se encuentran algunos preceptos bajo forma de admonición, pero nunca bajo forma de consejo 52 • Ahora bien; ¿ittnporta siempre el precepto obligación sub mortali? ¿Pueden imponerse preceptos con obligación sub levi? Posiblemente ningún teólogo ha respodido a estas preguntas más claramente que el Tostado. Efectivamente, refiriéndose directamente a los judíos enseña que el pecado mortal es una actuación contra la ley, ya se trate de la ley de la circuncisión, como de la ley natural y de la ley mosaica. ~1 TosTATUS A., In primum librum regum commentaria, cap. 8, q. 138, en Opera omnia, Venetiis 1728, t. 11, p. 204. 52 Ibídem, cap. 8, q. 139, p. 205. Véase también !DEM, Commentaria in quintam partem Matthaei, cap. 18, q. 50, en Opera omnía, t. 22, p. 39; Com– mentaria in tertiam partem Matthaei, cap. 6, q. 18, en Opera omnia, t. 20, p. 15. 21