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en las escuelas vascas (Bilbao, 1932); Notas breves acerca del Txistu y de las Danzas vascas (Bilbao, 1932); La Can(]ó de la Mare Basca (Reus, 1935); Quelques Observations sur la ma– niere de recueillir les chansons populaires (1936); Flora y Fauna en la Canción popular vasca (Barcelona, 1952); Txistu et Txistularis (1954); El "Motu Propio" y la Canción popular religiosa (San Sebastián, 1954); Euskal-Erriko Otoitzak (San Sebastián, 1956). Y no fue precisamente en conferencias y concursos de gen– tes donde con mayor gusto y satisfacción repartía sus dones; sino que en acontecimientos populares poco ruidosos, en pequeñas reuniones, en salones acogedores y distinguidos, en la intimidad familiar de sus muchos y buenos amigos, en círculos reducidos de personas verdaderamente amantes de la música, es donde el Padre Donostia se hallaba como en su centro y daba lo mejor de su alma enamorada del divino arte. Fue miembro correspondiente de la Real Academia de Be– llas Artes de San Fernando y de la Academia de la Lengua Vasca; vocal de la sección Música y Danzas de la Sociedad de Musicología de Francia y de The Hispanic Society ofAmerica. Fue, por fin, uno de los fundadores del Instituto Español de Musicología. Con esto queda dicho algo de lo que hizo y fue el P. José Antonio de San Sebastián. 39