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MUSICA RELIGIOSA 1.-Trató" el P. Donostia multitud de melodías gregorianas: motetes, himnos, antífonas, etc., revistiéndolas de aquella su ar– monización sobria y sencilla por extremo, que realza el ritmo y la tonalidad de la línea melódica, sin restarle un ápice de su etérea espiritualidad. Sirva de ejemplo la antífona Sub tuum praesidium, en la que Dom Desrocquettes, organista de Solesmes, veía el tipo y modelo de acompañamiento gregoriano. 2.-Tomadas en parte de Hiriart, Azkue y otros, pero sobre todo recogidas por él mismo de labios del pueblo, nos ha dejado armonizadas para órgano o armonio numerosas canciones popu– lares vascas, fáciles las más, de cierta dificultad otras. Citar alguna en particular, fuera darle preferencia, cuando todas ellas son incomparables. 3.-De invención propia, ya alla gregoriana, como las Saetas Gertrudianas y las Antifonas del Oficio del Sagrado Corazón de Jesús, ya de sabor popular, nos ha dejado muchas canciones en latín, castellano y vasco, destinadas al culto del Señor, de la Stma. Virgen y de los Santos. Las canciones de estos tres géneros, destinadas al pueblo, vieron la luz las más de ellas en la revista vasca "Zeruko Argia", y aparecieron posteriormente aparte en tres cuadernos: "Zeruko Argia" (1924), "Eleiz-Abesti-Sorta" (1925) y "Euskal Eleiz Kanti– kak" (1952). Ya antes de colaborar en la revista "Zeruko Argia" había publicado una colección de canciones vascas de Navidad, IX Egu-berri Abestiyak (1915). No estará de más recordar aquí la colaboración del P. José Antonio en el Cancionero del P. Plana: Selección de Cantos Religiosos Populares. 4.-De mayor aliento y más altos vuelos, destinados a coros ejercitados, son los motetes y canciones que escribió, ya al princi– pio de su carrera musical, y dio a la publicidad en las casas editoras Arilla (Pamplona) y Erviti (San Sebastián), en la revista "Música Sacro Hispana" del P. Otaño y en "España Sacro Musical" de Bar- 30

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