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contrapunto y oír música. Conoció allí a Granados, gran amigo de los Capuchinos. Recordaba siempre con emoción el P. Donostia., corno se recuerdan las cosas primeras, la balada en "la bemol", de Chapín, tocada por Granados en la biblioteca del convento. En viajes posteriores a Barcelona trató a Pedrell y Apeles Mestres entre otros, ya músicos, ya poetas, y "descubrió" a Maragall, Ver– daguer, Guasch, Riber y tantos otros escritores. El P. Donostia recordaba con fruición estos viajes, que contribuyeron de manera decisiva a la formación de su espíritu. "Los catalanes tienen poe– sías muy bonitas, solía decir; yo he puesto música a varias de ' ellas". No le acontecía lo mismo con la poesía castellana moderna Para encontrar letras musicables y de su gusto, se veía obligado a acudir a los antiguos, a Lope de Vega, Valdivielso, Arcipreste de Hita y otros muchos, como lo atestiguan tantísimas composicio– nes .suyas religiosas. En una de estas vacaciones aprovechadas tuvo ocasión de oír a Mercedes Pl~ntada y otras excelentes liederistas catalanas, que avivaron en él el deseo, ya despierto con el estudio de los Lieder de Schubert, Schumann, Wolf y Fauré, de cultivar el Lied. Y lo realizó con acierto; Ahí están el Pom de Can~ons, con letras de Apeles Mestres, editado en 1913, y Andregeya, con letra de E. Guibert, publicado en 1916, por no citar sino las primeras obras del género. 6.-Preludios. Los Preludios Vascos -¿quién no los .cono– ce?--- comienzan a tocarse, orquestados, en el Casino de San Sebastián por marzo de 1913. Para piano, tal corno fueron escritos, los· dio a conocer en la Corte el insigne pianista navarro, gran amigo del P. Donostia., don Joaquín Larregla en un concierto cele• brado en el Teatro Español el día 28 de febrero de 1916. La Prensa los elogió unánimemente. Desde esa fecha, los Preludios Vascos, ya en Piano, ya eP.. Orquesta, ya en Banda, se han oído por toda España y han pasado las fronteras. En París los presentó el exiµiio pianista Ricardo Viñes. Más que ninguna otra obra, los Preludios Vascos han dado fama y renombre al P. Donostia. 14

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