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hablamos, bien será añadir que el P. Donostia los tuvo muy pocos y a cortos plazos, salteados. Recibió en San Sebastián lecciones de Gabiola sobre composición; en Barcelona, de Esquerrá sobre contrapunto, y por fin, en París, los años 1920 y 1921 de Eugenio Cools sobre armonía, contrapunto, fuga e instrumentación. El cuadro de sus actividades por la época de 1908-1918 a que nos referimos, es sencillo. Durante el curso académico, tiene a su cargo los alumnos que, por circunstancias especiales, no se amoldan al plan general, así que explica de todo, salvo matemáti– cas, que le eran odiosas. Vigila además durante el estudio a un grupo de alumnos, aprovechando él ese tiempo para esbozar el di– seño armónico de sus composiciones musicales. En vacaciones sale a ampliar sus conocimientos, como iremos viendo. 1.-Compositor. Comienza el P. Donostia la carrera de compositor a los 11 años transcribiendo para orquesta la Diana con que los novicios despiertan a los colegiales en los días de Na– vidad. A la Diana sigue un Tantum ergo, y luego otras muchas composiciones que han quedado inéditas, de las que el Padre José Antonio hacía a veces mención con cierto cariño nostálgico, sobre todo del Cuarteto en mi (para cuerda). Las primeras obras publicadas fueron dos ofertorios sobre temas vascos, que vieron la luz el año 1908 en la revista "Voz de la Música" de D. Federico Olmeda. Prosiguió escribiendo obras religiosas, ya para órgano, ya para canto y órgano o armonio, que, muerto Olmeda (1908), fueron apareciendo en otras revistas y en las casas editoriales de música Arilla (Pamplona) y Erviti (San Sebastián). 2.-Gregorianista. Completó su formación musical grego– riana el verano de 1909 en la Abadía benedictina de Silos, donde conoció al P. Casiano Rojo, y el verano de 1915 en la de Besalú, de la que guardaba el recuerdo más grato de toda su vida; en esta última intimó con el P. Mauro Sabrayrolles. Más tarde trabó amis– tad en la Abadía de Solesmes con Dom Mocquereau. 3.-Folklorista. Despertaron las aficiones folklóricas del P. Donostia con la conferencia de D. Resurrección María de 12