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200 Miguelángel de Espinal en cambio, es muy restringido el campo de las obras materialiter libe– rales, ya que éstas quedan reducidas a los actos internos o espirituales realizados por medio de las facultades del alma, como el raciocinio y la meditación. Ahora bien, ¿se cumple en la lectura y escritura la noción de obra materialiter servil propuesta por Ricardo de Middleton? Obra mate– rialiter servil es toda obra que tiende por su misma naturaleza - quan– tum est ex parte sua - como a fin propio y esencial, a la producción de un efecto corpóreo o material, es decir, ordenado al bien o provecho del cuerpo. Ahora bien, la lectura y la escritura, tal como las concibe Ricardo, llenan esos requisitos, ya que la lectura, en cuanto lectura y prescindiendo de la intención del lector, es un ejercicio mecánico y corporal cuyo fin propio y esencial es articular o exteriorizar los signos impresos. Lo mismo ocurre con la escritura, que tiende como a fin propio y esencial a la producción de un efecto material: grabar en papel u otra materia cualesquiera determinados signos y figuras. Para Ricardo de Middleton el enseñar, el comunicar los propios sentimientos o ideas constituye el fin propio no de la escritura sino del escritor (58). Algunos años después de Ricardo de Middleton, el célebre sumista franciscano conocido con los nombres de Astesano oAstense nos regala con ideas y expresiones que parecen calcadas sobre las de Middleton. También para el Astesano existen tres especies de obras serviles en sentido material o literal, a saber, obras serviles materialiter tantum, obras serviles formaliter et non materialiter y obras serviles materialiter et formaliter simul. El primer grupo no cae bajo prohibición, las que pertenecen al segundo grupo están prohibidas, mas no sub gravi, y las últimas se deben evitar bajo pena de pecado mortal (59). La exposición del Astesano, como se puede apreciar, no tiene nada de original y de aquí se podría, sin más, descubrir su dependencia. Es más casuista que Middleton y esto lleva al Astesano a determinaciones y aplicaciones interesantes. Se pregunta, por ejemplo, como lo había hecho casi un siglo antes Alejandro de Hales, si es lícito en días de su misma naturaleza, es decir, en virtud del finis operis, sino en fuerza del finis ·operantis. Por lo demás, no se puede dudar de que la lectura y la escritura son obras materialiter serviles. Los teólogos posteriores lo enseñarán con más claridad todavía. (58) Cf. ibid. (59) Cf. AsTESANus, Summa astensis, Romae 1728, t. 1, lib. 1, tit. 22, art. 4, p. 76s.
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