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188 Miguelángel de Espinal Soto (1494-1560) (31). Estos fueron los iniciadores de una nueva doc– trina y de una nueva mentalidad, que se impondrán muy pronto y que llegarán hasta nuestros días sin encontrar grande resistencia. En ade– lante, los moralistas enseñarán comúnmente que el pecado no es obta servil sino en sentido impropio y metafórico y que no quebranta gra– vemente el tercer mandamiento del decálogo; pero al mismo tiempo reconocerán que la circunstancia del día de fiesta aumenta la malicia del pecado cometido. Así, a principios del siglo XVIII, podrá escribir el teólogo franciscano Francisco Henno (m. 1720): << Gravius est pec- catum commissum die dominico quam die feriato ... ; imo abstrahendo an circumstantia diei graviter vel leviter aggravet ... [conclusio] potest dici communis >> (32). Sin embargo, aún encontraremos algunos mora– listas franciscanos que se esforzarán por mantener o restaurar las enseñanzas de los SS. Padres y de los teólogos de los siglos XIII al XVI. Dentro del siglo XVI podemos contar a Antonio de Córdoba (1485- 1578). Córdoba no admite que el pecado sea obra servil; más aún, sostiene contra Juan de Medina (1490-1546), que no todos los pecados mortales cometidos en día de fiesta profanan gravemente el riempo sagrado (33); pero está firmemente convencido, y lo ilustra con varie– dad de razones y de ejemplos, de que quien comete un pecado mortal en día de fiesta se hace reo de una nueva malicia o pecado grave contra el precepto dominical por oponerse directamente al fin del precepto. Y no sirve decir que el fin del precepto no cae bajo el precepto, porque cuando se prescribe una cosa en orden a un fin especial, no sólo se prohibe lo que se opone inmediatamente a lo mandado, sino también (31) Cf. CAGNAZZO I., Summa tabiena, pars 1, Venetiis 1572, Circumstantia n. 12, p. 246s.; Feriae, n. 16, 18, 48, p. 745, 749; SILVESTER DE PRIERIO, Summa sylvestrina, pars 1, Dominica, n. 5-8, p. 458-462; CAIETANUS TH., Summa theologiae S. Thomae ... cum Commentariis Thomae de Vio Caietani, 2. 2., q. 122, a. 4, en Opera omnia S. Thomae, t. 9, Romae 1897, p. 479s., n. 2; Summula Caietani, Vene– tiis 1582, p. 261s.; FuMus B., Summa quae aurea armilia inscribitur, Venetiis 1554, Festum, n. 12, 13, 23, fol. 219v - 221r; SoTus D., De iustitia et iure, Venetiis 1584, lib. 2, q. 4, a. 4, p. 142s. (32) HENNO F., Theologia dogmatica, mora/is et scholastica in duos tomos divisa, t. 1, Venetiis 1719, Tractatus mora/is in decalogi praecepta, disp. 3, p. 3, art. 1, concl. 2, p. 406. (33) Cf. MEDINA I., De poenitentia, Ingolstadii 1581, tr. 2, q. 9, p. 111; ANTO– NIUS A CoRDUBA, Quaestionarium theologicum sive Sylva amplissima decisionum et variarum resolutionum casuum conscientiae, Venetiis 1604, lib. 1, q. 6, p. 95s.

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