BCCCAP00000000000000000001014

Santo Tomás de Aquino, al anaÍizar los pecados cÍe injusticia y, sobre todo, los pequeños hurtos, se acerca grandemente a la parvitas materia.e y a la realidad de su contenido; pero la verdad es que no llega a admitirlas y enseñarlas claramente. En efecto; los pequeños hurtos pierden su ,carácter de pecado grave no precisamente por tra– tarse de una paroedad de materia, sino más bien porque les afecta alguna imperfección del acto humano y, sobre todo, porque no rea– lizan de hecho la noción de hurto o injusticia, es decir, porque el dueño no se opone a las mencionadas pequeñas substracciones ni éstas le causan daño. Los pequeños hurtos, pues, constituyen pecado venial cuando y porque pierden su genus o carácter de hurto e injustida. 3. Si prescindimos del Angélico, puede decirse que los últimos teólogos y sumistas medievales, en general, manifiestan, debido tal vez a su carácter más práctico y pastoral, cierto progreso sobre los grandes maestros del siglo XIII y un acercamiento notable a la parvitas mate– riae. Es verdad que sólo a mediatos del siglo XV hemos encontrado esta expresión y su principio expuestos y enseñados con suficiente claridad en la célebre Summa angelica del beato franciscano Angel de Chivasso. Poco después, ya en los comienzos del siglo XVI, los volvemos a encontrar, tal vez con menos claridad y precisión, en los sumistas dominicos Silvestre de Prierio y Tomás de Vio Cayetano. Finalmente, la parvitas materiae y su principio adquieren su última perfección y claridad gracias al doctor navarro Martín de Azpilcueta: el principio de la parvitas materiae tiene validez y aplicación universal. Las enseñanzas del Doctor Navarro, aceptadas y transmitidas por los teólogos posteriores, han llegado hasta nuestros días convertidas en doctrina común de teólogos y moralistas. I RECAPITULACION Y CONCLUSION Las enseñanzas de los teólogos medievales sobre el objeto o mate– ria, nota'blemente diversas de las transmitidas por los teólogos y mora– listas de la edad moderna, invitan a pensar y reflexionar atentamente. Todos los teólogos de la edad media admiten con profusión peca– dos veniales por imperfección del acto humano; pero es sorprendente el escaso ,valor que atribuyen a la materia grave y leve y a la parvitas materia.e a la hora de discernir y determinar la gravedad de las leyes 66

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz