BCCCAP00000000000000000001014

éóntemporJneos, taÍes como san Raimundo de Peñafort y el beato Humberto de Romanis. ¿Que actitud adoptarán ante el problema de la parvitas materiae los sumistas y demás teólogos medievales? 3. Ultimws teólogos y sumistas de la e.dad media Los teólogos y sumistas que siguieron a los grandes maestros del siglo XIII, se encontraron, debido especialmente a las sugerencias y afirmaciones de santo Tomás de Aquino, en unas condiciones propicias Qara descubrir plenamente la parvitas materiae y aceptar el principio contenido en dicha expresión. Veamos, pues, si supieron aprovecharse de esta situación ventajosa. Clemente V, en su célebre constitución decretal Exivi de paradiso, señaló la materia como un posible criterio o elemento de distinción de los pecados mortales y veniales; pero no hizo la más ligera alusión o sugerencia a la parvitas materiae. El propuso, más bien, el modo o forma, es decir, el carácter preceptivo o no-preceptivo de las diversas leyes y prescripciones como el criterio más eficaz para discernir los pecados mortales y veniales. No es, pues, extraño que algunos teólogos de este período prescindan de la materia grave y leve y de la parvitas materiae e insistan y se fijen en imperfecciones del acto humano o en la transgresión de la caridad o de alguna prescripción preceptiva, a la hora de discernir la gravedad de los diversos pecados. Esto es precisamente lo que con facilidad se puede observar en la célebre Summa astensis, cuyo autor anónimo, pertenenciente a la Orden franciscana, es conocido con el nombre de Astesano (t 1332?). El Astesano emplea alguna vez el término materia, pero no llega a captar realmente el contenido de la parvitas materiae 137 • Así, al estu- 137 Sin embargo, el pasaje que ofrecemos a continuaci6n y que parece cal– cado sobre el texto del Angélico que hemos transcrito en la nota precedente, nos obliga a pensar en la parvitas materiae: « Utrum furtum sit peccatum mor– tale? ...Circa secundum respondeo, quod sic; cum sit contrarium charitati, secun– dum quam est vita spiritualis. Ad charitatem autem pertinet, ut proximo velimus et operemur bonum; per furtum autem infertur ei in rebus damnum... Nota tamen quod accipiens furtive mínima, ut unum acum, vel pennam, praesumere potest hoc non esse contra Dei voluntatem, et pro tanto potest excusari a mortali peccato. Si tamen habeat animum furandi et inferendi proximo nocumenti.m, etiam in huiusmodi minimis potest esse peccatum mortale... Non enim quod furto sublatum est, sed mens furantis attenditur » (ASTESANUS, OFM, Summa astensis, t. 1, Romae 1728, lib. 1, tit. 33, art. 3, p. 109). 56

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz