BCCCAP00000000000000000001014

no puede pretenderse descubrir en él ninguna alusión formal a la parvitais materiae. Aún más; trata con cierta detención y emplea expresiones como maiora minoraque mandata, gravior leviorve of– fensa 109 ; pero la mayor o menor gravedad la atribuye no al objeto ni a la parvítas materiae, sino a la voluntad del prelado o legislador: « Porro maiora minornque mandata dixerim, secundum quod magis minusve velle constiterit ipsum qui praecepit, sive hominem sive Deum » 110 • Lo que acabamos de decir acerca del pensamiento de san Ber– nardo, puede aplicarse igualmente a Hugo de S. Víctor y a Pedro Lombardo. Ricardo de S. Víctor nos brinda algunos pasajes que se prestan a una breve reflexión. El pecado mortal significa e importa o bien una grande corrupción propia, o bien una grave lesión del prójimo, o bien un notable desprecio de Dios: « Mortale peccatum, quantum mihi videtur, triplici recte ratione distinguitur. Mortale est quod a quovis non potest committi sine grandi corruptione sui. Item mortale est quod non potest committi sine gr.avi laesione proximi. Mortale nihilominus quod non potest committi sine magno contemptu Dei. Caetera vero omnia videntur mihi venfolia » 111 • Esto parece significar que los pecados que suponen no grande corrupción propia, ni grave lesión del prójimo, ni notable desprecio de Dios, constituyen pecados veniales, aunque se cometan con plena advertencia y consentimiento, y nos permite concluir que Ricardo de S. Víctor admite, sin advertirlo, la realidad de la parvitas materiae, aunque desconoce su expresión y su mismo concepto. Ahora bien; siendo así que el precepto importa obligación sub mortali, habría que admitir que esta parvitas materiae se convierte en materia grave al ser objeto de un precepto o prohi– bición estrictos. Por otra parte, Ricardo de S. Víctor reconoce que la ira, la impa– ciencia, la tristeza, la avaricia, la gula, la soberbia, la vanagloria, la detracción, etc. constituyen muchas veces pecado venial; pero causa sorpresa que se empeñe en buscar la razón de su carácter venial no 10 • lbidem, cap. 7, n. 13ss.; cap. 10, n. 24, en PL 182, col. 869s., 875. 110 Ibidem, cap. 7, n. 14, col. 869. 111 R1CHARDUS DE S. V1cTORE, De differentia peccati mortalis et venialis, en PL 196, col. 1193. 44

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz