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De aquí nos parece se puede concluir que no existe parvedad de materic, al menos en todo aquello que representa el objeto de un verdadero precepto o prohibición o de la voluntad de Dios seria– mente intimada. Tampoco Pedro Abelardo conoce la expres1on ni el contenido o concep:o de parvítas materiae. Sin embargo, en algunos pecados venia– les por él admitidos, tales como el vaniloquio, la superfluidad en el adorno y cierto exceso en la comida y bebida 105 , podría tal vez descu– brirse una insinuación o sugerencia, impensada, a dicha realidad. Esta conclusión mantendríamos con firmeza si constara que la embriaguez es pecado ex genere suo mortal; pero Abelardo no llega a formular semejante aserto, sino que sólo enseña que la embriaguez constituye pecado mortal cuando se entrega a ella in promptu et consuetudine 106 . Sea de ello lo que fuere, no queremos dejar de advertir que, aun en los desórdenes que muestran claramente una parvítas materiae, Abelardo tiende instintivamente a descubrir y atribuir su carácter leve a imperfección del acto humano. Finalmente, es fácil observar que, para Abelardo, lo que determina la gravedad de una ley, desorden o transgresión, no es precisamente el objeto o materia ni la parvitas materiae considerados en sí mismos, sino, más bien, a la luz del honor divino y de la caridad para con el prójimo 101 • San Bernardo de Claraval no proyecta nuevas luces ni mayor claridad sobre la cuestión ,que llevamos entre manos. Divide las varia– das prEScripciones en preceptos y consejos o amonestaciones 108 ; pero no favoBcen la admisión de pecados veniales por parvedad de materia: « Forsan parvum :;¡uid putas aliquod peccatum: utinam districtus iudex parvum existimaret aliquod peccatum... Quid ergo? Peccatum peccator audebit dicere parvum? Deum enim exl:onorare, quando parvum est? » (IDEM, Liber meditationum et orationum, med. 2, en PL 158, col. 723). 105 ABAELARDUS P., Ethica seu Scito te ipsum, cap. 15 s., en PL 178, col. 658 SS. rn 6 loEM, Epitome theologiae christianae, cap. 33, en PL 178, col. 1754: « Eorum mortalium est aliud criminale, aliud non. Criminale est illud quod nota– bilem et infamem reddit personam..., quod est accusatione dignissimum et sunt maxime 0riminalia in aperta consuetudine et fratrum corruptione... Est autem tale quodlibet, ut ebrietas, rapacitas, etc., dum in promptu et consuetudine habentur ». 107 =DEl\.t, Ethica seu Scito te ipsum, cap. 16, en PL 178, col. 659 s.: « Quo enb1 amplius ipsi [Deo] per amorem inhaeremus, eo sollicitius cavere debemus quibus nagis offenditur et ipse magis improbat... Quo enim charitas proximi... amplíus laeditur, magis contra eam agitur et amplius peccatur ». Véase también Epitome theologiae christianae, ibídem, col. 1753 s. 1 º 8 s. BERNARDUS CLARAVALLENSIS, De praecepto et dispensatione, cap. 1, n. 1-2, en PL 182, col. 861 s. 43

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