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APUNTES LEXICOS DE LA TRADUCCION DE A. RODRIGUEZ 25 hotzthoiki, bena orano allegueraki". Los santos Mártires han sido ayudados por los consuelos del Cielo para suavizar sus penas o tormentos, los cuales les hacían sufrir todo ello no sólo volunta– riamente, sino con alegría (pág. 159). BIHURTU. Resistir: "Gure passionen garaitceco eta Demoniuer bi·· hurteeco indarra". La fuerza para vencer nuestras pasiones y re– sistir al demonio (pág. 2II). "Haren Gincoa haren alde bada, nehor ezthieteru hari bihur". Si su Dios está a su favor, nadie puede resistirle (pág. 314). BIZKITARTEAN. Sin embargo: "Biskitarthian desiratcen cien car– gu hura u,ken dien be<;ain fite, hazten duru, haren mezperetzchatcen eta besteric cerbaiten gutitciatcen". Sin embargo, apenas obtenido el cargo que deseaba, comienza a despreciarlo y a desear alguna otra cosa ,(pág. 30). BORTXU. Fuerza, violencia: "Inclinacione gaistu,en contre arrangu– roski finkatuz, eta bortzchu eguinez". Aplicándonos valerosamente contra nuestras malas inclinaciones y haciéndoles fuerza (pág. 356). BURUZKIN. Terco: "Bestia buru,zkin duru, eta burian diena beti eguin behar dici". Otro es terco y siempre ha de hacer lo que él piensa {pág. 127). "Deuzzetan gagnan buru.fJkin, ez i<;aithia". No ser terco en ninguna cosa (pág. 44,8). DAMU. Calamidad : "Vandalec A frica oro hiragarri erioz, eta beste anitz damus beteric erarten, ¡;uten demboran". Cuando los vánda– los llenaban toda el Africa de dolorosas muertes y de otras mu– chas calamidades (pág. 309). DEI. Gana, apetito, inclinación: " ( J anariac) hanbatenez ere jathian placer aboro eiten dici, <;umb·atenaz ere garua baita, eta jaliac jateco dheia edo ezkenia handiago baitu". El manjar produce tanto ma– yor placer al comer, cuanto mayor apetito o hambre tiene el que come (pág. 217). "Theologienec defendatcen dicie beste bati errai– thia goguan proximuaren, contre uken dugun opinione gaistua, opi– nione bera har de<;an beldurrez, edo deya .hart.hia bacien, hartan aboro segurta dadin". Los teólogos prohiben declarar a otro la mala opinión que hemos tenido en el pensamiento acerca del pró– jimo, de miedo de infundir la misma opinión en el otro, o si sentía ya inclinación a ello, confirmarle en la mi&ma sospecha (pág. 420).

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