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LOS RBLIGIOSOS ·DE Z~OZA,,, 3 tos ; y en 1770, trabajos clandestinos para pervertir a los frailes so pretexto de reformarlos. En la serie de disposiciones citadas predominan las de tipo económico. Otras, aparte de las buenas o malas intenciones del legislador, ofrecen aspecto de medios adecuados para lograr una auténtica reforma de los regulares. A este tema dedicó un excelente trabajo el P. Melchor de Pobladura, concretándose a los capuchi– nos (8), Que en España muchos de los regulares necesitaban .refor– ma, por lo menos individualmente, es fácil deducir partiendo ,.de su -crecido número (9). Al llegar el P. Santander a la diócesis de Zaragoza en 1803, fi. guran en ella numerosos institutos religiosos : agonizantes, agusti– nos calzados, agustinos descalzos, alcantarinos, capuchinos; carmeli. tas calzados, carmelitas descalzos, cartujos, cayetanos, ,cistercienses o bernardos, dominicos, escolapios, franciscanos, jerónimos, merce– darios, mínimos, servitas, trapenses, trinitarios calzados y trinita– rios descalzos. Algunos poseen una sola casa ; otros, como los fran– ciscanos o los capuchinos. numerosas, según veremos. (8) Seminarios de misioneros y conventos de perfecta vida común. Un ~pisodio del regalismo español 1(1763:•1785), en la revista cap_uchina de Roma "Collectanea Franciscana" ,~ (,1962) ~.7,1-309, y 397-43,3; 33 {1963), 28-81. (9) CARLOS CORONA, en el ltigar citado, registra la disposición Teal del Sl, de octubre de 177.2 por la que se prohibía a los frailes mendicantes pedir limosna en las eras y en los campos antes de que lo,s labradores paga•sen •los– diezmos y los censos. Desde Fozcalanda, el 10, de agosto de 1806 (DDC)., Ignacio Costea se dirige al P. Santander "en el su-puesto de que los religiosol! en estos y otros casos están sujetos a lo,s llmos. Obispos y Arzobispo·~". Se queja del abuso de los religioso,s transeúntes y limosneros, ,sobre todo de los que se pasan veinticuatro y más días con los motivo•s de las limosnas de seda, de vino y · otras de esta naturaleza. Algunos "aprovechan el momento de la' hilada para acometer a ,sus dueños". El l~ de agosto (:OUC) el Obispo auxiliar le pide señale a los religio,so•s que se exceden; y el de Fozcalanda, el 19 del mismo ,(DDC) nombra tres casas y añade que "fuera mejor, a mi parecer, que siguiesen el rumbo de los capuchinos y observantes, que practican 'flus limosnas sin ,semejantes molestia,s". Por lo que hace al número, en el trabajo citado del P. PoBLADURA, págs. ~,7,7-278, en 11761 ]os capuchinos españoles al• canzan la cifra de dos mil trescientos cincuenta. Aun descontando los que tra• •bajaban lejos, en países de misión, el número resulta muy alto, y lo será más ~n 1808.

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