BCCCAP00000000000000000001011

2 t>. ANStLMO t>t; Lt;CAR.t>A merecían los frailes. Dos años más tarde, en carta fechada en Toro el 10 de mayo ele 1790 (3), comunicaba que el ayuntamiento de Santander había pedido permiso al Rey para fundar un con– vento de capuchinos, "sin embargo del modo de pensar que en casi todos los gabinetes de Europa se tiene acerca de las casas reli– giosas, que a la verdad es bastante melancólico-". Al paso de los años crecen sus motivos de angustia. La expresa en 1801 en la plática dirigida a sus hermanos, los capuchinos, exhortándoles a evitar la relajación para no perecer (4). Alega los espantosos ejem– plares de Francia, Italia, Nápoles y Alemania, con centenares de conventos suprimidos, disminuidos a millares fo.s religiosos, disper– sos, o reunidos, en unas partes ; secularizados en otras. Recuerda sú experiencia personal : cuando tomó el hábito, los capuchinos eran treinta mil. A la sazón no llegaban ni con mucho a veinte mil. Con tan honda preocupación llega a Zaragoza en la cuaresma de 1803 y en una plática al clero (5) deplora que le haya tocado vivir "en unos tiempos en que se aflige demasiado a los ministros de la Iglesia; en unos tiempos, en fin, en que nada oímos con más frecuencia que repetir órdenes para tomar las providencias más se– veras sobre los establecimientos religiosos". Algunos venerables miembros del clero zaragozano que escu– chaban las palabras emocionadas del Obispo auxiliar, pudieron traer a las mientes una serie de providencias de cuya promulgación habían sido testigos. El profesor Carlos Corona (6) hace el recuento de varias disposiciones inspiradas por Campomanes entre 1764 y 1774. El bilbilitano Vicente de La Fuente (7) señala en 1762 ciertas medidas de gobierno para mantener a los regulares en sus conven- hoy doctor de la Iglesia, San Lorenzo de Brindis. Entre sus Sermones panegÍ• ricos de varios misterios, festividades y santo•s, t. I, Madrid, '.1!801, págs. 39,3.394, 1(3) Y publicada entre ,sus Cartas familiares y algunos otros opúsculos en prosa y verso, Madrid, 1805, págs. 173-175. {4} Entre ,sus Doctrinas y s"1'mones para misión. t. V, Madrid, 1803, págs. 249-250. (5) Entre sus Cartas, p. 31,3. (6) Revolución y reacción en el reinado de Carlos IV, Madrid, Rialp, 1957, págs. 176-177. (7) Historia eclesiástica de España, 2.ª ed., t. VI, Madrid, 1875, págs. 48S y 487.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz