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12 Í,>. ANSÉtMb OE tÉGARDA Parece que consciente o inconscientemente se le quiso empa• rejar también en esto a Zaragoza con Gerona. Notorio es que en Gerona, a pesar de los escrupulillos de algunos por temor a incurrir en irregularidad "ex defectu lenitatis", esto es, por exceso de fie. reza, se formó una cruzada de regulares (21). En Zaragoza no obraron así. El misterioso fusilamiento del famoso escolapio P. Boggiero no pudo obedecer a falta de leni– dad (22). Los religiosos zaragozanos enredados en acciones bélicas fue– ron _mirlos blancos. Conocemo•s a uno o dos de ellos. Faustino Casa. mayor, que también asistió a los sitios, concuerda (23) con Ramón Cadena, cuando el 4 de agosto de 1808 describe las proezas de los paisanos contra los franceses, "habiéndoles salido al encuentro dés~ de la misma calle de Palomar, y no muchos, sino muy pocos, aun– que de los más esforzados paisanos de la patria, capitaneados por el famoso religioso, lego del convento de San Agustín, llamado Fray Ignacio de Santarromana, hijo de la parroquia de San Pablo". Un rebusco minucioso en la obra de Agustín Alcaide Ibie. ca (24) corroboraría lo que está ya probado por otros autores. Hubo ,(:21) Véase la obra escrita precisamente por un capitán de esa cruzada, el franciscano FRAY MANUEL CuNDARO, Historia político-crítico-militar de la plaza de Gerona en los sitios de 1808 y 1809, fascículo 1. 0 , Gerona, ln,stituto de Estudios Gerundenses, 1950, págs. 151-15,3. 1(22) •Léase el libro del escolapio P. ANGEL PASTOR BELTRAN, Los escolapios y los sitios de Zaragoza. Biografía. del Padre Boggiero, Zaragoza, 1959, pág. 15,3s. El hecho observado ,por el autor, págs. 14,6-147, de que lo,s historiadores zaragozano,s contemporáneos de los sitios citan rara vez al P. Boggiero-, creo que es buen indicio de que se inhibió de la lucha como tal, por muy patriótica que fuera. Y ese silencio no queda desvirtuado por las frases huecas de Lejeu– ne o Daudevard. Las mismas proclamas de Palafox, atribuidas por algunos en su totalidad a Boggiero, parece que tuvieron distintas procedencias. Véase el mismo PASTOR BELTRAN, o. c., p. 1511, con la opinión de A:bizanda Broto. Véase también MARIANO DE PANO Y RuATA, La condesa de Bureta, D.ª María Consolación de Azlor y Villavicencio, y el Regrente D. Pedro María Ric y Monserrat. Episodios y documentos de los sitios de Zaragoza, Zaragoza, 1908, p. 208. {213) Los sitios de Zaragoza, Zaragoza, 1908, p. ,118. · (,24) Historia de los sitios que pusieron a Zaragoza en los años de 1808 y 1809 las tropas de Napoleón ..., dos tomos, Madrid, M. de Burgo,s, 1830 y 183<1; más el Suplemento a la Historia de los sitios ..., Madrid..., M. de Bur– gos, 1831.

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