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LOS RELIGIÓSOS DE ZARAGOZA... le 'manifiesta que 'acaba de hacer la visita pastoral en todo el par. tido de Fresneda, Fuentes de Ebro y el Desierto, donde hay con– ventos de mínimos, y tiene la satisfacción de comunicarle que no ha tenido formal queja: viven con regularidad sus religiosos en cuanto lo permite su pequeño número ; acuden a los párrocos en. púlpito y confesonario. La labor del púlpito, como es sabido, se intensificaba en cua– :i;esma, en las misiones populares y en las numerosas novenas de entre año. A estas formas de apostolado se añaden otras, como el ejercicio i~tenso de obras de misericordia con enfermos y hambrientos du– rante las carestías y epidemias que azotan uná y otra parte de la región durante estos años. No podemos entrar en pormenores. Pero la Gazeta de Zaragoza del 16 de agosto de 1803 elogia a los capu• chinos de Albalate del Arzobispo por el socorro que han prestado a los pobres, aun antes de la intervención del Arzobispo, señor del pueblo; y en la del 12 de julio de 1803 el párroco de Epila enco– mia a los capuchinos de la villa por el socorro que han prestado a cientos de personas, pues el año ha sido muy calamitoso. Los sITios La calamidad mayor, el desastre mortal de estos años les alcan– za a los religiosos con la exclaustración de 1809, a la que apunta el título de este trabajo. A la exclaustración precedieron en Zara– goza medidas vejatorias propias, encaminadas a acabar con los religiosos. Pero es claro que ni a las vejaciones ni a la exclaustra– ción podemos llegar con los precedentes hasta ahora expuestos. Lle– garemos por el puente que nos tiende la guerra de la Independen– cia. En Zaragoza aquella lucha sangrienta tiene un nombre pecu– liar, los sitios. Es creencia bastante difundida la que considera aquellas bru– tales medidas contra los religiosos de Zaragoza meras represalias del éonquistador por la decisiva intervención de esos mismos religiosos en el heroísmo de fos sitios, dirigiendo la resistencia, empuñando las armas. Sospecho que los orígenes de semejante fábula están en escritos antiguos, sobre todo franceses.

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