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8 P. ANSELMO DE LEGARDA los dichos monasterios como de y en nombre de toda mi Congre– gación, a la que estimularé a igual reconocimiento y a que ruegue a Dios prospere la vida de V. l.". APOSTOLADO La satisfacción de los visitadores obedecía a las repetidas com– probaciones de la fiel observancia y disciplina regular en las dis. tintas casas religiosas. Observancia en la vida litúrgica y en la vida de trabajo, sin duda. A las regencias arriba mentadas se aña– dían las fatigas calladas de los confesores en las propias iglesias, y la escrupulosa preparación de los predicadores, sobre todo en tiem– po de cuaresma. Sin dificultad podríamos citar buen número ae notables predicadores de distintas órdenes que brillaron estos años en Aragón; algunos de ellos escritores de nombradía, no sólo auto– res de sermones aislados y de sermonarios enjundiosos, sino tam– bién de obras de seria investigación histórica. El crecido número de conventos sembrados por la región y el elevado número de laboriosos confesores y predicadores en cada casa nos faculta para colegir de esos hechos que era muy notable el influjo de los religiosos entre el pueblo, tanto en sus propios lugares como en las parroquias circunvecinas. Como antes queda dicho, eran, veinte las órdenes religiosas en la diócesis de Zaragoza a la llegada del P. Santander. El provincial de los franciscanos nos ha enumerado catorce conventos en aquella sola diócesis. Sospecho que ninguna orden podía competir con ellos en ese aspecto. Los capuchinos contaban diecinueve casas en todo el reino de Aragón, con facilidades para ejercer el ministerio en distintas diócesis. Desde el siglo XVI poseían los conventos de Za– ragoza, Tarazona y Calatayud; desde el XVII, los de Huesca, Cas– pe, Barbastro, Alcañiz, Epila, Borja, Fraga, Ateca, Aranda, Ejea, Teruel, Tamarite, Albalate, Daroca y .Cogullada; y desde 1750 el de Calanda. Po•r lo que hace al apostolado fuera del convento, podría ge– neralizarse la respuesta del P. Santander a la petición de nociones de Fray Faustino Garroverea, provincial de los mínimos ele Aragón, respuesta dada el 30 de julio de 1805 (DDC). El Obispo auxiliar
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