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OBISPO, CUBO Y PUEBLO DF. ZARAGOZA (l,8i03-l:808) peleta confiesa que la amenaza fue efecto de su acaloramiento. La música podía alegarse como mérito para un eclesiástico. Así Ramón Segura de Ruiz, rector de Valdealgorfa, el 24 de fe. brero de 1805 (DDC), firma un informe sobre el subdiácono Bal– tasar Dauden y, entre otros elogios, inserta el de que «su ocupa– ción es en el estudio y en la música, por ser muy aficionado y diestro en la flauta y en la notai>. La copia de una carta del 4 de marzo de 1805 (DDC), diri– gida por los gobernadores eclesiásticos, esto es, el Obispo auxiliar y don Pedro Valero, al Rector, Catedráticos, Directores y Colegia– les del Seminario Conciliar de San Valero y San Braulio, nos informa de un grave conflicto estallado en él. Los gobernadores muestran su sentimiento al conocer el descontento, la insubordina– ción y otros excesos de varios seminaristas, hasta tomar uno de ellos una jarra para tirársela al director don Joaquín Garcés, a quien la mayoría de los colegiales deja solo en el paseo y se va, a casa en otra ocasión ; y al día siguiente se van solos por el paseo público de Santa Engracia contra la voluntad del mismo director. Una noche apagan las luces, se cierran por dentro, hacen ruido, incomodan a la vecindad. Piden visita, pasa uno de los gobernado– res, halla resentimientos y deseos de mayor comodidad, de hacerse jueces de sus superiores, de aumento y variedad de comida. Según la carta, los gobernadores han decidido que en adelante, no se per– mitirá a los seminaristas juntarse en los cuartos; sólo se les llevará a paseo, hasta nueva providencia, por el camino de la Cartuja Baja, por el de Cogullada o el de San Lamberto. Recuerdan a los seminaristas que les toca obedecer a sus superiores, no juzgarlos. Los de gracia deben tener presente que se les da la comida y asis– tencia por Dios, y habría otros mejores que ellos. Los pensionistas recuerden que se han sujetado a seguir el orden del seminario. ORDENES En aspectos de la vida del seminario como el plan de estudios vigente no intervenía el Obispo auxiliar. Era de su competencia la administración de las órdenes sagradas. Las fue confiriendo en las fechas acostumbradas. Consérvase (DRO) la relación minuciosa de