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214 P. ANSELMO DE LEGARDA Entre los que percibían y deploraban tempranamente los in– convenientes de los enterramientos en las iglesias descuella nuestro P. Santander 36 , quien el 27 de julio de 1785, desde El Ferrol, al acabar la misión, le había pintado un cuadro macabro al Ministro de Marina : «Este es un pueblo compuesto de veinte a veinticinco mil almas, a lo •que yo percibo. No hay más que una parroquia para todos; y, como mueren algunos cada día (hoy han enterrado seis, entr.e grandes y pequeños), es forzoso andar todos los días abriendo sepulturas, cuando la gente está en el templo oyendo la santa misa. El ruido que causan los sepultureros al levantar las losas; los montones de tierra que sacan de los sepulcros y ensu– cian la iglesia; la fetidez de aquellos funestos despojos del cuerpo humano que salen revueltos con la tierra; la perturbación que causan a los sacerdotes que celebran; la disipación que ocasionan a los que oyen misa ; la incomodidad que resulta a los penitentes y confesor.es, que apenas unos a otros se entienden; y, sobre todo, la corrupción a que está expuesto todo el pueblo, si el calor del verano sigue con alguna intensión por algunas semanas, son cosas que parece exigen un mandato serio y vigoroso de que todos se entierren en un cementerio bien formado y cercado, que haya fuera del pueblo. Con lo cual se lograría la limpieza de la casa del Señor, el mayor recogimiento en los que celebran, la mayor aten– ción en, los que asisten al santo sacrificio, y que todos entren en el t.emplo sin aquel disgusto que causa la fetidez que exhalan las sepulturas» 37 • Oportuno es el recuerdo de esas ideas antiguas del P. Santan– der para deducir su satisfacción de Obispo auxiliar al recorrer los pueblos de la diócesis cesaraugustana en la visita pastoral e ir com– probando que la mayoría de los pueblos, según el informe previo del párroco respectivo (DVP), tenían ya el cementerio fuera de poblado en 1803. En cambio la ciudad de Zaragoza, para su mal, va a tropezar con dificultades para cumplir aquellas disposiciones saludables. Será precisa una orden tajante de José I para vencer •• Carta8 . .. , pága. 33.•34, 37 V. DE LA FUENTE, Historia eclesi.ástica de España, t. VI, pág. 489, re• ,gistra las dispo,siciones acertadas -sobre construoción de cementerio·s, en 1786, y la prohibición de enterrM en las iglesias, en 17-87.
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