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OBISPO, CLERO Y PUEBLO DE ZARAGOZA (1803•1800) 2.07 puntual en las preguntas y respuestas de la misma. Le despachan el correspondiente título. Jerónimo Monzón, desde Villarluengo el 2 de diciembre de 1805 (DDC) expone que «ha algún tiempo aspira a la función de maes• tro de primeras letras, para cuyo empleo se requiere previa habi– litación de V. E. ; y en el día tiene proporción para un magisterio vacante; pero, faltándole aquel requisito, suplica». .. El Obispo auxiliar el 13 firma la comisión para que lo examine el regente de Villarluengo, quien el 4 de enero de 1806 (DDC) responde : «Lo he examinado, habiéndole preguntado y héchole sacar varias cuentas de las cu.atro reglas, leer, escribir, y preguntado las oraciones, ¡ algunas otras preguntas concernientes a la buena educación de los niños. Y lo he encontrado instruido lo muy bastante para ejercer el magisterio de primeras letras en cualesquier lugar o villa que lo consiga ; a más de concurrir en dicho Jerónimo muy buenas cir– cunstancias en su vida y costumbres». A esos trámites llaman sacar la cartilla de maestro de niños. Jerónimo ha comenzado diciendo que es mayor de veinticinco años. Otro pormenor. Francisco Legua, de Zaragoza, el 20 de mayo de 1806 (DDC), desea hacerse colegial de San Casiano, previa apro– bación de doctrina cristiana. Lo aprueban. El 22, de julio de 1806 (DDC) Francisco Hernández, maestro de niños de Bello, «desea sa– car el título de maestro de niños e incluirse en la hermandad de San Casiano de la villa y corte de Madrid». Lo examinan en San Carlos en la doctrina cristiana y en la lectura del latín y caste• llano e instrucción necesaria. Durante la primera visita del P. Santander había circulado por la diócesis una vereda fechada en Zaragoza el 1 de setiembre de 1804 (DVP); en ella, de acuerdo del Obispo auxiliar, se pres– cribía la uniforme enseñanza de la doctrina cristiana en las iglesias del Arzobispado, según el Catecismo formado en 30 de enero de 1776 por el Ilmo. Sr. Arzobispo D. Juan Sáenz de Buruaga. Había una asignatura importante, aunque no de primeras le– tras, asignatura cuyo olvido escandalizaba a los devotos. Por eso el capítulo eclesiástico de Albalate del Arzobispo el 14 de junio de 1806 (DDC) lamenta· la poca devoción de los seculares mientras se cantan las divinas alabanzas, lo que se origina de la poca aplica– ción al canto llano o gregoriano en los..capitulares, por no exigirlo

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