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OBISPO, C.LERO Y PUEBLO DE ZARAGOZA (18 1 03-1808,) 177 rridas de toros que, quiere hacer la Sitiada, «pero que, por las. cir– cunstancias de las calamidades del día, entendía se necesitahá Jj_. cencia del Obispo auxiliar y del Vicario generah. Los regidores de la Sitiada recuerdan que en la corte en el día se corren toros y•. se abren los teatros. En la· Sitiada extraordinaria del 8 de octubre (ASM) aclaran que la remisión de Guillelmi al Obispo auxiliar y al Vicario general era para averiguar si habían cesado las rog¡. tivas públicas y secretas con que de orden de S. M. se mandaba implorar la misericordia divina en las actuales calamidades : no era sujetarse a una jurisdicción incompetente en asunto de toros. En la Sitiada del 24 de octubre (ASM) comprobamos que el pro– ducto de las dos corridas der ese mes ha sido de seis mil siete libras jaquesas. Entre las razones alegadas por la real cédula del 10 de febrero de 1805 14 . para prohibir los .toros, figura «el atraso de la industria por el lastimoso desperdicio de tiempo que ocasionan en días que deben ocupar los artesanos en sus labores)), De la lectura de, ciertos sermones o doctrinas del P. Santander .se saca que, la holganza o la holgazanería eran }acras populares difíciles. de desarraigar.. Y los toros, uno de los pretextos para abandonar el tra})ajo así entre artesanos como entre labradores, por acudir a lugares distantes, donde los corrieran. De los jornaleros de Zaragoza se habían dicho cosas po<;o elo– giosas unos años antes 15 • Son en Zaragoza subidos los jornales respecto del trabajo. Se ha introducido <<por un abuso tan' perni– cioso a la agricultura como a la quietud pública de los jornaleros, que se retiren del trabajo a la una del día, de suerte que puede muy bien decirse que el cosechero queda defraudado en un tercio del trabajo diario)), Y añaden: «Si trabajase todo el día el jorna– lero, sería su casa el lugar adonde se encaminaría desde el campo, y no era de temer que, consumiendo en vicios, como ahora sucede, la excesiva paga de su corto trabajo, abandonase al acaso el cui- 14 Citada poi:- V. PALACIO ÁTARD, Lo~ españoles de la Ilustración, Madrid, Guadai:-i:-ama, 1964, pág,s. 2i27'-2:2t8. 15 En ,el tomo I del "Semanario de Zaragoza", correspondiente a los primeros meses de 17'98, pá,gis. 12, y 14.

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