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LO FRANCISCANO EN EL TEATRO DE TIRSO DE MOLINA Supimos escoger buenos esposos, para no tener dote. La nobleza virtud quiere por dote con belleza (110b). 25 Se aprestan a encaminarse a Roma cuando llega Fabricio y explica la mutación del Príncipe y su fundamento: Césaro, vuestro padre Ursino gusta que seáis de• Sabina amado esposo; que, luego que en llegando a Roma supo que eral monseñor Montalto hermana, a dicha tiene ser pariente suyo, porque sospechan que ha de ser monarca de Roma y gobernar su sacra barca (lila). Llegan a Roma los de Montalto. Pereto, en un caballo, pero de pastor. Su hijo, el cardenal, le honra teniéndole el estribo. Y luego le besa la mano venciendo la resistencia paterna y diciendo: Si, como soy cardenal, gozara del trono sacro de San Pedro, ya os he dicho que os besara arrodillado esta venerable diestra. Sepan los que me llamaron villano, lo que me precio de este sayal tosco y basto. Montalto ha sido mi patria, que, aunque pobre, el nombre es alto. Un monte serán mis armas y mi apellido Montalto. Montalto han de llamarse mis parientes, comenzando mi linaje en mí, que espero que mi dicha ha de encumbrarlo (112a). Sixto invita a su padre a adorar el pie sacro de Pío V que aparece en un corredor. El Papa felicita al padre por el hijo que ha dado a la Iglesia. Y todos compiten en generosidad. El Papa da a Sixto siete mil ducados de renta para que ponga casa. El Príncipe le señala otros cinco mil de renta y otros tantos el embajador de España en nombre de Felipe II. Sabina pregunta a su hermano si no les habla. Y él contesta que con el alma y con los brazos por hermana y compañera de mi estudio y mis trabajos, du

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