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24 ANSELMO DE LEGARDA en despreciar por Sabina a mi hermana; que, por Dios, si es tan bella como vos, que es cuerdo quien desatina por tan dichoso sayal. -Soy yo un coco comparada con mi hermana. -¡Qué extremada belleza! ¡Qué al natural! Yo vine determinado de castigar a Pereto y a Sabina, que, en efeto, me tuve por agraviado de que Césaro dejase mi hermana Octavia por ella; pero el amor que atropella soberbias, quiso que hallase en vos el justo castigo, pues, a vuestro amor sujeto, a las hijas de Pereto y aquestas tierras bendigo. ¡Bien hayan, amén, los robles, los peñascos y asperezas que crían tales bellezas, pues por fuerza han de ser nobles almas que viven y habitan en cuerpos que son tan bellos, y bien hayan los que en ellos su libertad depositan! ¡Ay, serrana: muerto estoy! (107-108) Mientras, Césaro, descolgado por la escala de cuerdas, logra alcanzar a Sabina, a los pastores y músicos en el momento del encuentro de ellos con Camila y Marco Antonio. Se felicitan mutuamente por su dicha y concluye Marco Antonio: Los Ursinos y Colonas por vos, mi Camila bella, y por vos, Sabina hermosa, establecerán desde hoy eternas paces (109b). Aun sin aguardar al cura, los cuatro se han desposado, comenta un pastor. Pereto aparece alborozado, comunica a sus hijas que Fray Félix es cardenal de Roma. Las hijas presentan a sus respectivos esposos. Camila lo celebra:

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