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12 ANSELMO DE LEGARDA universidad lo ha graduado, le ha dado la borla blanca de doctor en teo– logía. Rodulfo le participa que el cardenal, su tío, Pío en nombre, en obras pío, conoce la habilidad del flamante doctor (75a). A continuación, encuentro con su padre y con sus hermanas. Pereta ha dejado la cama para saludar al hijo. A Camila se le ofrece el oficio de lavandera del convento por seis reales cada semana. Sabina sigue ven– diendo leña. Pereta ha recordado cuatro hechos de Félix ocurridos en miér– coles (75-77). Reaparece Rodulfo en diálogo con el maestro Abostra, fraile francis– cano. Vuelve Rodulfo a referirse a su tío el cardenal: Ver a Fray Félix desea del Papa predicador (77b). A Fray Abostra le acomete la envidia y lo manifiesta preguntando si es bien honrar a un villano y dejar tales «supuestos» o personas como_ hay en su religión. Y al elogio de Rodulfo de las letras y erudición de Fray Félix, replica el envidioso: Las ovejas que ayer le vimos guardar le deben calificar. A pesar de que Rodulfo está· por Fray Félix, en quien puede comenzar la nobleza de su linaje, se aviene a que Abostra le dé una relación de sujetos que puedan predicar al Papa. El envidioso trae escritos hasta una docena, entre ellos al que este adviento desbancó en Florencia al capu– chino (78a). Abostra escribe los doce nombres para echar suertes, los introduce en una urna: el primero que salga será el preferido para pre– dicador del Papa. Saca Abostra la primera cédula y en ella aparece el nombre de Fray Félix, excluido de la docena. Rasgan la cédula y en la segunda vuelve a aparecer el nombre del que no había entrado en suerte, el de Fray Félix. Rodulfo decide ir a darle el cargo y parabién, mientras Abostra exclama en un aparte: Y a mí el pésame me den. Mas, pues de envidia me muero y se celebra en Florencia Capítulo general, si soy del Orden claustral General, la competencia

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