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HUELLAS DE S. FRANCISCO EN LA UTERATURA 485 Junto a Ja sencillez y la ternura des~ubrieron otros: la . alegría,. Por ejemplo, Sebastián de Covarrubia.s 216 : «Léese de San Francisco que re– prendía a sus frailes que veía andar tristes, diciendo: No debe el que sirve a Dios andar de esa manera, si no es por haber cometido algún pecado; si lo habéis hecho, confesaos y tornad a vuestra alegría». Francisco Rodríguez Marín 27 nos ofrece diversos ejemplos de esa po– pularidad del santo de Asís. En la sección de oraciones, ensalmos y con– juros incluye los siguientes: Padre mío San Francisco, que de Cristo fuiste arfére, pídel'ar Crucificado que de mi arma s'acuerde. Padre mio San Francisco, os pío po'l amor de Dios lo que arcanzastes de Dios: fe, esperanza y caridá, y un santo temor de Dios. San Francisco, flor de flores, padre de los predicadores, ermitaño de la luz, toma esta bandera y cruz, anda, ve a la Casa Santa, donde está 'l cáliz bendito y la hostia consagrada. En la sección de ternezas también ocurre San Francisco: San Francisco, por humilde, tiene su cuerpo llagado, y tú me tienes a mí el corazón traspasado. Si viniera San Francisco a pedirme el corazón, al santo se lo negara y a uno de su nombre, no. A los cantos religiosos pertenece el siguiente: San Francisco es más que Dios, en cuanto a las llagas digo, que .al santo se las dio Dios y a Dios se las dio un judío. :zio Tesoro de la lengua castellana, 1674, s.v. triste. Lo añade Noydens. 21 Cantos populares españoles, Sevilla, 1882, t. I, págs. 427 y 441; t. II, 218; t. IV, 143 y 412; t. V, 135.

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