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514 ANSELMO DE LEGARDA compañeros, ni a Santa Clara, ni a Santo Domingo. Las secuencias de la película se suceden vertiginosamente, salvo en los pasajes en que se remansa la inspiración del poeta y nos ofrece unos soliloquios hermosos del propio San Francisco. Una vez son los tercetos ¡Dulcísima esperanza de mi vida, dame a sentir las ansias de tu muerte, aunque de pena el ánima despida! ... Tercetos que en algunos puntos parecen amplificación del famoso soneto del mismo Lope «¿Qué tengo yo que mi amistad procuras?». Otras veces es el romance Entre esas cinco llagas, oh, Cristo soberano, y al son de sus corrientes, comenzaré mi llanto... 1311 • En el auto de Las cortes de la muerte 1 • 0 , comenzado por Miguel de Caravajal, concluido por Luis Hurtado de Toledo e impreso en Toledo en 139 Es un romance que, en parte, coincide con otro del mismo Lope, BAE 35, 99. Al final se nos advierte que acaba la primera parte de El serafín humano. ¿Llegó a escribir la segunda? Fuera del género dramático nos ofreció también distintos aspectos de la vida de San Francisco, Eduardo MARQUINA. En 1926, cuando el séptimo cente– nario de la muerte del pobre de Asís, en Madrid, el Colegio de Doctores organizó un curso de conferencias acerca de la personalidad de San Francisco de Asís. Entre los conferenciantes brilló el poeta barcelonés con su conferencia en verso, «La poesía de San Francisco de Asís», publicada con las otras en Curso de conferencias acerca de la personalidad de San Francisco de Asís, Madrid, 1927, 307-329, reeditada con alguna ligera variante en sus Obras completas, t. VI, Madrid, Aguilar, 1944, 821-844. En el denso poema aparece Francisco con la antorcha de la fe, trayendo los indicios tiernos de una nueva mane,ra de contemplar la vida, al hombre, la creación. Quiere el poeta expresar cómo la idea seráfica unge el alma con respecto a la vida y cómo crea el alma poética ungida por la idea de San Francisco. Diseña la inquietud del joven hijo de mercaderes hasta .que en la Santa Palabra ocurre el encuentro con su dama, la Pobreza. Francisco, pobre, menor, hermano: hermandad humana de todas las creaturas. Así supera la visión pagana de la naturaleza y la visión temerosa de ciertos cristianos. Se dejaba guiar por la voz de Jesús. De ahí su actitud ante el sol, el agua, el fuego y el viento, ante el lobo y las aves. Con Cristo se encuentra al encontrarse con el leproso. Orientado por el Evangelio echa a andar con sus hermanos, viviendo el mismo Evangelio. Se acerca al hombre hermano, al menesteroso, al trabajador. Proclama paz, y amor, y trabajo. Como hermanos manda a los suyos por el mundo, a predicar con palabras pocas, pensadas y castas. La fuente de Asís fluye y fecunda los campos de Europa, los campos de España, hasta La Rábida, fluye hacia el Mundo Nuevo con el mensaje de la encarnación del verdadero Dios en hombre verdadero. Posteriormente, en 1930, en «El monje blanco. Retablos de leyenda primitiva», Obras completas, t. IV, Madrid, 1944, págs. 735-736, el propio Marquina vuelve a ofrecernos un delicado re– cuerdo de San Francisco. HO BAE 35, 1-41.
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