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HUELLAS DE SAN FRANCISCO EN LA LITERATURA CASTELLANA Los historiadores suelen subrayar el influjo de San Francisco de Asís en su época y en los siglos posteriores. Las obras pictóricas y las escul– turas que nos han legado nuestros antepasados, corroboran el aserto de los historiadores. Y las iglesias, calles, plazas y aun ciudades bautizadas con el nombre del Pobre de Asís, son asimismo prueba fehaciente de aquella fama y popularidad. De ahí que nadie se sorprenda al tropezar con el nombre de San Francisco o al hallar referencias a algún episodio de su vida en las obras literarias, sean del género que sean. Unas veces el sermón, el poema o la obra de teatro se iluminan por entero con la presencia del santo. En otras ocasiones se le recuerda de paso. Las alusiones son más abundantes en la edad de oro. Muchos años antes el Arcipreste de Hita 1, al describir la procesión de clérigos y legos, frailes y monjas, dueñas y juglares que salen a recibir a don Amor, se acuerda del de Asís: Non va y Sant Francisco, mas van fraires menores. No iba allí San Francisco. Nosotros rastrearemos los lugares en que haya dejado huellas personales y prescindiremos, por lo regular, de sus frailes, ·si no lo acompañan. Calendario En la memoria de la gente el de San Francisco aparece entre los días señalados. Un romance dirigido a Trillo y Figueroa f,l termina así: En Granada os esperamos el mes de octubre; y así os rogamos que vengáis por San Francisco de Asís. 1 Libro de buen amor, CCL 17 (1913)_ 147. Ocurrirán varias siglas: CCL = Clásicos Castellanos de La Lectura / Espasa-Calpe; BAE = Biblioteca de Autores Espafiole·s, de Rivadeneira; NBAE = Nueva Biblioteca de Autores Espafioles, Bailly-B.; BAC = Biblioteca de Autores Cristianos.- Debo agradecer a mi hermano, el P. Crisanto Bacaicoa, su colaboración en la compulsa de varias citas. 2 BAE 43, p. LVIII.

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