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496 ANSELMO DE LEGARDA al cual colgaron en un alto risco y en hábito murió de San Francisco. Por su parte, Bernardino de Mendoza 74 nos muestra a cuatro rebeldes disfrazados de frailes de San Francisco. Y en una de las cartas de algu– nos padres de la Compañía de Jesús, en 1637 7· 5 se nos cuenta: «Los ho– landeses metieron en un barco grande cantidad de gente, vestidos de re– ligiosos de San Francisco y de la Compañía ... Los guardas, viéndolos en aquel hábito, los dejaron pasar». A otros el hábito se les convertía en mal agüero. Cervantes 716 , poco después del encuentro con las imágenes de los santos, le hace decir a don Quijote: «Levántase uno de estos agoreros por la mañana, sale de su casa, encuéntrase con un fraile de la orden del bienaventurado San Francisco y, como si hubiera encontrado con un grifo, vuelve las espal– das y vuélvese a su casa». Cordón En el atuendo del santo es elemento importante el cordón. Para Lope de Vega 77 es el cordón otra escala de Jacob por donde suban al cielo. El mismo Lope 78 nos presenta a San Francisco con un cordón en la mano: Por esta dichosa escala a las eternas regiones, amigo, tu dicha iguala: los nudos son escalones: el cielo por ella escala. En el Triunfo de la fe en los reinos del Japón ... 7') nos refiere Lope de Vega: «Fueron dos soldados y, como hallasen un rosario debajo de la 74 Comentarios de lo sucedido en las guerras de los Países Bajos, V, 5, BAE 28, 445. 75 BAE 62, 352. w Quijote, II, 58, CCL 22 (1923) 53-54. 77 El Serafín humano, BAE 178, 16. 78 En la comedia sobre San Benito de Palermo, El santo negro Rosambuco, BAE 178, 150. Otra referencia, p 168. 79 BAE 38, 167.

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