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LOS EXCLAUSTRADOS ARAGONESES DE 1809 19 He visto (LGA) varias órdenes de pago de setiembre y octubre de 1810: al lego agustino Jorge Aspíroz le correspondeI1, noventa reales vellón por una mesada de la pensión de cien ducados de que disfruta ; y lo mismo al bernardo Matfas Crucet y al extrini– tario Matías ·Crespo. Ascienden a ciento ochenta los que percibe en Borja el excapuchino ,sacerdote Patricio Martínez. Alguno de los religiosos pensionistas debió de distraerse y per– cibió "duplicadas las mesadas de la pensión, que la benignidad de S. M. C. les tiene asignada". El 30 de marzo de 1811 (LGA) Luis Menche exige certificación de vida; y firmada por el corregidor y el cura párroco de cada pueblo, según nuevo oficio de Luis Me:n• che del 2 de julio inmediato (LGA). Y la exigencia de documentos creció con los meses. Varios exclaustrados en febrero y marzo de il.812 se quejan de que en la Intendencia del Reino les habían ex– traviado las licencias insertas en el expediente para el cobro (DDC). Con tantos trámites y exigencias se explica el escepticismo tras– parentado en la carta que el 18 de enero de 1812 (DDC) diri.ge des– de Albalate el capuchino Manuel Lafoz a "mi señor deán y dueño", es decir, a don Ramón Segura: "En cuanto a hacer las diligencias para conseguir la pensión asignada o destinada a los exregulares, tengo entendido que son pocos los que, estando ya asignados, pue– den o han podido cobrarla. Y por eso no he hecho diligencia algu– na, ni pienso hacerla, para no cobrarla. A más que este mi sobrino, hijo de una hermana mía, me tiene con gusto en su casa, me da de comer y me viste, y puede hacerlo. Bien que la caridad de bA misas, cuando tengo celebración, se la entrego". Los hermanos legos que, por no haber alcanzado los cincuenta años, no podían optar a la pensión, eran con seguridad más nume– rosos que los pensionados. Por razones fáciles de adivinar son es– casas las huellas documentales que dejaron. En todo caso .se puede suponer que se mostraron más duchos que los sacerdotes religiosos en capear el temporal. Basten unos ejemplos. il821 (reimpreso en Zaragoza el mismo año). iEn la pág. 1,5 escribe: "Cuando José Buonaparte extinguió el monaquismo, prometió una pensión vitalicia a sus individuos y expidió el decreto correspondiente para su ejecución. Mas todo fue ·vano •e ilusorio; y los regulares se hallaron de repente incongruos y sin la precisa subsistencia".

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