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.. . . . .. . \ . . . DIOCESIS HUERFANAS EN TORNO A ZARAGOZA... persona alguna se compela o violente a su prestación". Otro asunto en que, como vamos viendo, tUV(? que intervenir el Auxiliar, \fue el de las piezas vacantes~\ Los curatos se proveye~ ron admitiendo al concurso incluso a los regulares exclaustrados. tas· cano~jías suscitaban apetencia~ en las distintas diócesis. El Pa– dre Santander hapía· llegar a Suchet los reparos del Obispo de J ~~ ca. En otros casos los ponía él por su cuenta, con conocimiento de causa; o interponía su valiosa recomendación ,si el aspirante era acreedor. Las vacantes obedecían en muchos casos a ausencias. La ausencia era un delit.o que no •se perdonaba ni en los obispos ni en los sacerdot~s. Tantas prisas 'se dalia la admiuistr;ción francesa para averiguar y deC?larar la ausencia que en más de cuatro casos se precipitaron y luego tuvieron que atender las justas reclama– ciones. · Las ausencias eran fruta de Aragón, de Anaalucía y de todas las latitudes. José Napoleón I, por decreto del 1 de mayo de J810, de– creto dado.en el Alcázar de Sevilla, prival!a de sus prebendas y dig– nidad~s al Arzobispo, el Cardenal de Borhón, y a o.tros prebe~da– dos de la catedral y colegiata de Sevilla, porque voluntariamente se habían pásado a residir .. ''entre nue~tros enemigos". Por decreto del 13 de junio inmediato,· el P. Santander, Auxiliar de Zaragoza y Obispo de Huesca, recibía el nombramiento de Arzobisp~ .de Sevilla. Y el Cabildo de Huesca se enteraba el 31 de agosto del(mí,s~ mo 1810 del nombramiento de don Manuel María Trujillo y Ju. ' rado, Obispo y Abad mitrado de Alcalá la Real, para la .sede os- , cense. Los cambios sólo se dieron sobre el papel. El P. Santander continuó ejerciendo la jurisdicción en Zaragoza y en' Huesca. El 16 , de agosto de 1810 (DDC) escribía el Auxí1iar a su amigo Francisco Larreguy, secretario de Suchet: "Lo de Huesca me 'ha ,salido' gra– voso;en vez de ,i,erme útil.;" y lo de Sevilla no sé si tendrá efecto". Lo de gravoso significa que la economía del Obispo auxiliar no andaba muy boyante. En esa misma carta asegura : . "Y~ puedo pagar la tercera parte de mis pobres alimentos, ·que me han impuesto ,de contribución extraordinaria. Es verdad que he tenido que pedir. a utl llilligo para pagarla..." (29). (29) Según confiesa el mismo P. Santander en. sus Apuntaciones, pág. 77, "no tenía, siendo Obispo, más que la quinta parte de la renta del deán del
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