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) 12 P. ANSELMO DE LEGARDA d!' Cataluña, en ciertos aspectos, se explica sin dificultad recor– dando la situación de la autoridad francesa en aquella misma región. El 4 de julio de 1809 (DDC) Luis Menche participa al Obis– po auxiliar de Zaragoza que, según comunica O'Farril, ministro de la Guerra, el Rey ha nombrado a Suchet Gobernador General y Comisario Regio en la provincia de/ Aragón, con poderes extraor– dinarios (22). Al año siguiente, por una disposición imperial del 8 de febre– ro de 1810, Aragón se convierte en uno de los cuatro gobiernos desgajados de Madrid para mejorar la administración y sostener el ejército. En Suchet se acumulaban el poder militar y el civil. Se conservan (DDC) nombramientos extendidos por Suchet "en nom– bre de S. M. el Emperador". Un decreto del 4 de marzo de ,1811 (DDC) llevaba este, encabezamiento : "En nombre de S. M. el Em– perador de los franceses, Rey de Italia,y Protector de la Confede– ración del Rhin,. Nos, Don Luis Gabriel de Suchet, Conde del Im– perio, General en Jefe del Tercer Cuerpo de Ejército, y Gobernl!,• dor General de Aragón, etc.". 1 Es lógico, en la mente de Suchet, Gobernador General de Ara– gón, el afán por centralizar también en Zaragoza el despacho de los asuntos eclesiásticos que se rozaban con la jurisdicción civil o militar, y aun, ·Ios puramente eclesiásticos en que tradlcionalmente intervenía la autoridad real desde Madrid. Suchet da un paso más. El decreto recién citado del 4 de mar– zo de 1811 dispone: "El conocimiento de las causas en materia contenciosa, así civiles como criminales, que pertenecía antes a los tribunales eclesiásticos suprimidos, pasará a la Audiencía de Ara– gón, que deberá entender igualmente eu las beneficiales y matri– moniales; reservando a los Obispos las instituciones canónicas, la dispensación de parentescos y proclamas, como taÍnbién la co-. (22,) ·En MIGUEL ÁRTOLA, Los afrancesados, Madrid, Sociedad de Estudios y Publicaciones, 1953, págs. 128-130, puede ,verse el motivo del nombramien, to de estos Comisarios Regios : poner coto a los desmanes de los mariscales imperiales. Suehet era uno de los generales en quienes confiaba José. Sobre los poderes de Suchet, véase JuAN MERCADER RrnA, El MQriscal Suchet, "Virrey de Aragón, Valencia y Cataluña", en la revista zaragozana "J. Zurita" '2 (1951) 12.S y 130.