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216 ANSELMO DE LEGARDA resto de la diócesis, pueden completarse en la obra de Mariano Rais y Luis Navarro (53). Después de la salida de Zaragoza el 29 de noviembre de 1808, se acomodan entre las dominicas de Alcañiz veintidós religiosas de Santa Inés y otras de Santa Fe. La fuga de Alcañiz ocurre a últimos de diciembre del mismo año, y a la fuga sigue la dispersión. Las de Santa Rosa de Zaragoza que• dan un tanto esfumadas en ese relato. Es fácil suplir las deficiencias con una narración histórica peculiar (54). Al tiempo del primer sitio eran veintiocho religiosas. Es patética la descripción del asal– to de Santa Rosa. Interviene un oficial francés y grita a la sol– dadesca para evitar muertes. Trasladan a las religiosas al convento de San José, abandonado por las carmelitas. Hay elogios para el oficial francés que veló por las dominicas mientras residieron en San José, hasta que el 14 de agosto las llevaron a la línea española. Salen de la ciudad el 17 de noviembre, y no previo permiso del P. Santander, ausente a la sazón. Se van añadiendo copiosos datos sobre las andanzas posteriores (55). Enseñanza.- La priora de la Enseñanza había firmado tam– bién el "quedo enterado" cuando la orden de salida de la ciudad de Zaragoza. Sospecho que su regreso, como el de las dominicas, fue en las primeras semanas de 1810. Me refiero a su regreso ofi• cial. Pues el 12 de marzo de ese año (DDC), el Auxiliar, por orden de Luis Menche, pasa a las religiosas de la Enseñanza copia del de– creto de José Napoleón, refrendado por Luis de Urquijo el 29 de diciembre de 1809, aparecido en la Gaizeta de Zaragoza el 28 de enero : "Desde la publicación de este decreto se prohíbe a los con– ventos de religiosas existentes actualmente en nuestros estados, que admitan ninguna educanda. Las educandas que se. hallan en los c1- (53) Historia de la Provincia de Aragón, Orden de Predicadores, Zara– goza, 1819, pág. 159 ss. (54) Reglas y Constituciones del convento de Religio/i{(!S Dominic(ls de Santa Rosa. Precede una na.rrqción histórica del mismo co,ivento, Zaragoza, 1874. La narración, p. XXXVI ss, nos da noticias desde 1808. (55) Hay má•s dato,s en el contemporáneo R. CADENA, Los Sitios de Zara– goza, Zaragoza, 1909, pág. 4,8 ss. Recuerdos de fuga,s en siglos pasados nos ofrece el dominico A. DE MAYA Y SALAIIERRIA, Vida prodigiosa y admirable ejer– cicio de virtudes de la Venerable Madre Sor María de los Angeles y Arilla... Madrid, 17.3,5, págs. 169-170 y 2,37-238.
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