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18 F. de Mendoza.-EL ORNATO ARQUITECTÓNICO DE EsTÍBALIZ nos dan la clave para reconocer el significado de la cabeza escul– pida encima, de ojos desmesuradamente abiertos y sumidos en el infinito. <<Estas hojas nos dicen cómo el pueblo elegido de Dios había caído en todas las abyecciones, pero en él había algunos hombres que deseaban las cosas celestiales, el advenimiento del Mesías, y esa· cabeza no puede ser otra cosa que la del profeta Isaías, pues ella parece que nos· está diciendo aquellas palabras del primer res– ponsorio de Adviento: <<Mirando desde muy lejos, he aquí que veo venir el poder de Dios, y una nube que cubre toda la tierra. Id ante El y preguntadle: ¿túeres el mismo que ha de reinar sobre el pueblo de Israel?>>. Esta pregunta halla su respuesta en la cara interior del capitel mismo. En ella, las hojas de acanto se estilizan aún más, los tallos forman elegantes curvas, las perlas se multiplican y del centro del capitel surge una paloma en actitud de levantar el vuelo: siguen los vicios y la idolatría, pero los deseos de las cosas celestes aumentan y esa paloma es Cristo mismo que nos dice contestando a la pregunta: Yo mismo soy el que ha de reinar sobre Israel.>> ( 1) Estas ideas se corroboran en los siguientes capiteles, donde además aparece claramente el simbolismo de la Sma. Virgen en la azucena y en la zarza, alusión a aquella zarza que ardía sin que– marse del libro del Exodo. Qué ve el P. Pinedo en las jambas de la puerta? Un comentario gráfico de las profecías de Isaías. Los tallos de vid que serpean son la viña que el profeta canta y representan al pueblo judío. La pri– mera figura, a la derecha de la entrada, mayor que las demás, es el profeta Isaías. Lleva un pergamino, según aquello del cap. VIII: Toma un pergamino... Bajando a la figura que está sobre el zócalo se ve una mujer, de vestido muy ceñido, peinada con esmero, marcha afectada, cuello erguido, mirada provocativa. Es la hija vanidosa de Israel, a la que de parte de Dios amenaza el Profeta en el cap. I I. -En el hombre desnudo en actitud de gritar ve el cautiverio hebreo de Egipto y Etiopía. -La tercera figura, de abajo hacia arriba, ts el Profeta, que cumpliendo la orden del Señor (cap. LVIII), clama sin cesar reprendiendo la, hipocresía d.e los Judíos y enseñándoles cuáles son los sacrificios que le agradan. -La cuarta nos anunciará la amenaza de destrucción de Jerusalén y el por qué del castigo del pueblo de Dios. Cómo en el hombre del odre ve el P. Pinedo la profecía sobre la ciudad santa nos lo explica recordando que el (r) Florecillas de Estíbaliz, n. 0 6.

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