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16 F. de Mendoza.-EL ORNATO ARQUITECTÓNICO DE EsTÍBALIZ omnia sino tomándolo en un sentido muy restringido. La iglesia puesta en alto, por ejemplo, era emblema de la superioridad de las cosas espirituales. Las varias puertas, que comunican el interior con el exterior, lo eran de las relaciones entre el cielo y la tierra. Si consultamos a Honorio de Autún, nos dirá que simbolizan a los cuatro evangelistas las cuatro paredes que componen la iglesia; a los doctores, cuya luz celeste esclarece nuestra inteligencia, las ventanas que derraman la luz solar; que las torres son los prelados y las campanas sus predicaciones (1). En otro lugar afirma que el santuario es nuestra mente, el altar nuestro corazón, la torre nuestra cabeza, la campana la lengua y las ventanas los ojos. Por eso algunas iglesias presentan la forma de cruz que se adapta al cuerpo humano. Las pinturas con las cuales se decoran las paredes de nuestros tem– plos son las buenas obras, y la luz bañando desde la lucerna el recinto de la iglesia viene a ser el esplendor de la ciencia sagrada hermo– seando todo lo que allí se hace y se contiene (2). Estos y parecidos simbolismos, aprendidos en Rábano Mauro o en autores más antiguos, como Melitón de Sardes o San Isidoro de'Sevilla, servían de comentario a las ideas religiosas de la época. En· los bestiarios hallaban representaciones de vicios y virtudes. Del Viejo Testamento tomaban las figuras históricas del Nuevo, yuxtaponiendo así escenas de ambos, espigaban en el Evangelio las parábolas y pedían a la naturaleza sus semejanzas. Es decir que bebían en todas estas fuentes, buscando apagar la sed, no sólo de enseñanza y de doctrina, sino de expresión plástica de los afectos humanos en la forma más vigorosa que les era posible. Desde que Estíbaliz está en pie ha sido tal el cambio de las ideas artísticas, que con dificultad penetramos el pensamiento de los constructores románicos. Prudentemente los que han tratado de esta nuestra iglesia han soslayado la cuestión de la interpretación simbólica y sólo el P. Pinedo, que yo sepa, se ha sentido con ánimos· de resolverla. En varios artículos de una revista que editan los benedictinos de dicho santuario (3 ), va estudiando el simbolismo de cada una de las figuras y de los diversos ornamentos de flora (1) Speculum Ecclesi<B. - En Migne, Patrol. Lat., tom. 172, cols. 1rn3-1rn5. (z) Ibi, col. uo6,-Acerca del simbolismo de las iglesias véase además el cap. 1, 0 del Rationale de Guillermo Durando, el cual adoptó las explicaciones de Pedro de Chartres en su Manuale.-V. De Misteriis Ecclesi<B. (3) Florecillas de Éstíbaliz, núms. 2 y siguientes.

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