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DIONISIO PRECIADO trabajos preliminares, que, como ya hemos dicho, han de servir de base para fundamentar algún día sobre ellos la Historia de la música española ( p. IV)». También Saldoni respondió de hecho a los deseos de Eslava. Y éste pudo ver editada la Reseña histórica de la Escolanía ... de Montserrat (Ma– drid, 1856) y, en parte, el Diccionario biográfico-bibliográfico de efemérides de músicos españoles ( 4 vols., Madrid, 1868-81). Barbieri, de ambiciones quizá más ampliamente científicas, no llegó a publicar la obra a él asignada, pero, recogió abundante material, al que faltó darle forma. Dicho material se guarda hoy en la Biblioteca Nacional de Ma– drid, con el nombre de Papeles o Fondo Barbieri, arsenal precioso de con– sulta y trabajo. Al «repartir» los trabajos previos para una Histo ria de la música espa– ñola, Eslava no menciona la recién publicada de M. Soriano Fuertes. ¿Razones? Primera, porque ya estaba publicada. Segunda, porque Eslava la pudo con– siderar mal escrita y falta de competencia y criterio histórico. De hecho, en su Breve memoria histórica, Eslava rectifica algunas afirmaciones hechas por M. Soriano Fuertes en su Historia. Pedrell escribirá más tarde frases terribles contra la obra de Soriano Fuertes. Felipe Pedrell, que no suele alabar a Eslava, enjuicia su labor de restau– rador nacional emprendida por el navarro. «Inició una saludable obra de rehabilitación gloriosa, verdaderamente nacional, su celebrada colección titu– lada Lyra sacro hispana ( bautizándola, sea dicho de paso, con el nombre de un instrumento pagano), que, sea como quiera, y en honor a la verdad, me– reció los aplausos de los artistas eminentes» 47 • Refiriéndose a esta faceta de organizador de la música nacional y a los frutos que de ella provinieron, escribe el P. Otaño, en el Prólogo de su Antología moderna orgánica española: «Es necesario confesar y debemos reco– nocerlo que a Eslava debe España una buena parte de la restauración artísticr:, que desde su muerte se viene sintiendo cada día más vigorosa. Hombre de energías inmensas, talento claro y reposado, empezó a promover todos los ramos del arte y señaló nuestras pasadas grandezas; y, si por falta de medios y ambiente, no acertó en todo, abrió el camino que debía llevar a sus suce– sores a la restauración y al engrandecimiento. Toda la generación actual, puede decirse, se ha educado en sus trabajos didácticos, que, para aquellos tiempos, son de una bondad indiscutible». 47 PEDRELL, Los musicos españo!es antiguos y modernos en sus libros o es– critos sobre música. Barcelona, 1888, pág. IX. Sin embargo, Pedrell escribió en otro lugar que "debía pegarse fuego a aquellos volúmenes de Lyra hispana". Mú– sica sacro hispana 9 (1910), pág. 85. En el artículo se citan algunos párrafos de una carta de Pedrell al firmante, en .que se critica muy duramente la obra mu– sical y musicológica del Maestro de Burlada. Ya se ha citado uno referente a Gaceta Musical de Madrid. 228
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