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286 EULOGIO ZUDA'.IRE, O. F. M. CAP. 123 v. (p. 2). Estos son los fundamentos de tu gu€rra, a que por su orden ire satisfaciendo y assi contra el primero respondo desta suer– te= alojar su Magd. sus soldados en tus ·Paises no fue romper tus fue– ros; sí precisa necesidad de alojarlos por entonces, y dond€ esta razón milita todos los bienes son comunes, sin que el uso dellos haga al Prin– cipe Tyrano; este es principio asentado y aunque no necessito de pro– varlo con razones, e de valerme de una que por ser de tus teolo– gos (1 b) podrá ser que te convenza. en ca.sao de necessidad dicen ellos que puede el sacerdote tomar armas, sin que le dexe irregular el homi– cidio (como se a visto en quantos enquentros se an ofrecido), luego si en casso de ne,cesidad el sacerdote puede valerse de las armas sin con– trauenir a los decretos eclesiasticos, mejor en casso de necesidad po– dra el Principe valerse de sus vassallos sin ofender a los fueros Políti– cos, con tanta mas disculpa quanta es más la distancia ,que ai del de– recho Diuino al humano y derecho de gentes, que tubiese el Rey pre– cissa necesidad de tus alojamientos del mismo efe.cto consta, entra eI trances ,en tu Provincia apoderase de tus fuerzas, acude su Magd. y acudes a desposeerle, muestrase en tu defensa cuidadoso, muestraste en su seruicio desuelada; te enuia auxiliares €Xercitos que te defiendan, tu los admites con leales demostraciones asta que dandose las manos su poder y tus finezas, Salsses se cobra, el enemigo se ausenta y quedan tus campañas en su primera paz restituidas, cómo pues pudo su Mages– tad ni ,pudieron sus Ministros saliendo los soldados de tan larga y tan penosa guerra sustentada, y defendida contra las inclemencias del inuierno dejar de repararles, para que conualecidos de las enfermeda– des y fatigas pudiesen marchar y dexar tu País desocupado, ni cómo pudo preuenir humano entendimiento que aquellos a quien hizo la cam– paña amigos, hizi,esie el Pueblo contrarios; ni que tu a quien con tanto amor, tan a costa tuia acudiste y sustentaste en la guerra con tanto odio maltrataste .en la paz; diras que nada e de dexar de dezir en fauor tuio, que fuiste ocassionada de sus excessos, ellos tambien dicen que lo fueron de los tuios,, sin ser posible graduar el primer acreedor de enemistad tan infeliz, pues de ti y dellos supo su Magd, a un tiempo mismo la poca seguridad con que el soldado dormía y la mu– cha sinrazon con que te oc·asionaua = no admiro que el soldado que de– bajo de la confianza del hospedaje lloró a su camarada muerto, solicita.se (l b) Véase Dictamen de la, Junt,a, de teólogos reunida en Barcelona, ap. M. H. E., XXI, p. 218 ss. En carta del 20 de febrero de 1641 escribe el francés. espia a Mr. de p;eny que. la mayor parte de los soldados catalanes que acudieron desde Barcelona en socorro de Montjuich eran eclesiásticos y religios,os. B. N. Pari~, Mss. fonds fran~ais 10760, fol. 64.
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