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502 Notae et discussiones Bemardino concluye: « Quibus omnibus consideratis, apparet quod non longe sumus ab adventu antichristi » (fol. r24 v). Una señal más: el gran número de predicadores enviados por Dios últimamente para desper– tar la conciencia de los cristianos, el principal de los cuales es san Ber– nardino de Siena, « qui fuit ille angelus de quo, Apocalip. r4º, inquit beatus Ioannes quod habebat in manu evangelium aetemum. Nullus enim sanctus fecit librum qui appellatur « Evangelium aetemum » nisi ipse sanctus « Bemardinus » (8). También los mahometanos están persuadidos de que el fin del. mundo se acerca. Y lo mismo los judíos. « Hoc etiarn anno r495, die tertio no– vembris, in civitate Mediolani, quidam daemon adiuratus an tempus anti– christi esset proximum, respondit: Cito, cito, cito adveniet ». En un libro muy antiguo, compuesto « ultra montes», se anuncia también que el fin del mundo vendrá el año r500, « nisi Deus aliter disponat ». Finalmente están los cálculos de los astrólogos. Así el maestro Mateo de' Busti, tío paterno de fray Bemardino, « medicus et astrologus », decía que dentro de unos años reinaría una constelación que o traería el fin del mundo o un cambio radical en el modo de vivir de los hombres. Otros astrólogos anuncian para el año r500 una constelación « in qua omnes leges <latae sunt » (la de Moisés, la de Cristo, la de Mahoma y otras). « Alia autem lex nova non dabitur nisi lex antichristi ». Y pocos años hace hubo uno que, recorriendo cierta ciudad de Italia, inspirado de Dios, clamaba: In mili cinquecento el mundo tornirá el so tempo (9). El predicador termina esta tercera parte exhortando a los oyentes, en consecuencia, a vivir preparados contra los males del anticristo (fol. r23 v). Describe en la cuarta parte las formas que revestirá esta persecu– ción y los medios que emplearán los enemigos de la Iglesia, según la sagra– da Escritura y los santos Padres. Por último, en la quinta parte, consuela al auditorio con la derrota final del anticristo, la paz de la Iglesia y la ve– nida gloriosa de Cristo en el fin del mundo, cuando comenzará la gloria de la Jerusalén celestial. (8) Líber de Evangelio Aeterno hoc est de Caritate. S. BERNARDINI SEN., Opera omnia, III, Quaracchi 1956. (9) En I.491 un profeta popular había recorrido las plazas de Roma anun– ciando una gran catástrofe para el año siguiente y la aparición en 1493 del Pastor angelicus, el papa santo, meta de las esperanzas de todos los vaticinadores. L. von PASTOR, op, cit., III, 285.
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