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180 L/\ZARO DE ASl'URZ 20 daba ya en su vida. Y ahora lo halló realizado, con fórmulas de elo– cuente sinceridad, en la joven reforma capuchina. Pudo haber cono– cido para entonces a los capuchinos, ya que los tenía en su ciudad natal desde el año 1566, aunque llevando una existencia provisional ; a los diez años se ausentaban de Brindis para no volver hasta 1588 14 • El conventito de Santa María de los Angeles, en la isla de Giudecca, constituía un poderoso centro de atracción para todos los venecianos ; Giulio Cesare visitábalo prolijamente en sus horas libres, acompañado de su amigo, y por fin ambos se decidieron a pedir el hábito capuchino. El 18 de febrero de 1575 lo vestían en el noviciado de Verona. Giulio Cesare se llamó desde aquel día fray Lorenzo. Siempre lo ha sido, pero lo era mucho más en aquellas primeras generaciones capuchinas, el año de prueba una dedicación intensiva al cultivo de las virtudes religiosas. Desde este punto de vista fray Lorenzo se halló en su centro ; nada de lo que significara austeridad, obediencia, sencillez, humildad, desprendimiento total, vida de con– templación, le cogía de nuevas. Pero no había terminado aún la mar– cha purificante hacia el calvario; su devoción creciente al sacrificio expiatorio de la Misa tenía para él exigencias cada día mayores. Los biógrafos nos hablan de dolencias originadas de su excesivo afán de maceraciones, pero no están de acuerdo sobre la naturaleza de las mismas 15 • Al mismo tiempo nos descubren, demasiado discretamen– te, las tentaciones y angustias interiores que debieron de tener' ago– biado al novicio. Además, un dato suministrado por las deposiciones del proceso de beatificación permítenos adivinar algo que debió de serle todavía más doloroso: al proceder a la votación para su admi– sión a la profesión, la comunidad vaciló positivamente y el resultado le fue favorable por un solo voto. Ello fue causa de una ligera pro– longación de la prueba, hasta que por fin el 24 de marzo de 1576 pudo emitir los votos religiosos. Al tiempo que fray Lorenzo hacía su profesión, la reforma capu– china se hallaba en plena etapa de evolución. Quedaban muy atrás los tiempos de la primera reacción frente a la «comunidad», con su 14. Lexicon Capuccinum (Roma:, 1951) 267. 15. Francisco d,e AJOFRÍN, por ejemplo, o.e., 56 'S, supone que se trataba de una enfermedad de ,estómago, mientras que I,orenzo de AOSTA, o.e., 26 s., afirma que era enfermedad del pecho.
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