BCCCAP00000000000000000000994

190 I./\ZARO DE ASPURZ 30 en hacer frente al avance luterano y calvinista. Y fue san Lorenzo el designado para ponerse al frente de la arriesgada misión, con el cargo de comisari'o general. El viaje se realizó en el mes de agosto de 1599. Al volver a Italia en los comienzos de 1602, dejaba fundados conven– tos en Viena, Praga y Gratz. Una nueva provincia de la Orden esta– ba en marcha. Pasó la Cuaresma de ese año en el santuario de Loreto, desquitán– dose espiritualmente de la intensa actividad externa del azaroso trie– nio. No debe sorprendernos que el capítulo general, celebrado el 24 de mayo de 1602, le eligiera por unanimidad para la suprema dig– nidad de la Orden. La denominación era todavía de vioario general, debido a la dependencia canónica en que se hallaba la reforma capu– china respecto del general de los conventuales. El deber más importante del general era la visita de todas y ca– da una de las provincias de la Orden, que sumaban ya 28. El capí– tulo general impuso al elegido, como primera tarea, el recorrido de las que habían sido creadas fuera de Italia. Púsose en viaje sin tar– danza. No era sobrado el trienio del cargo para semejante empresa. Es cierto que se hallaba entonces en la plenitud de sus cuarenta y tres años; pero aquel organismo, nunca robusto, comenzaba a re– sentirse del desgaste producido por un rendimiento intensivo ; ahora eran los ataques nefríticos, que le pondrían a morir en algunas oca– siones, y luego vendrían los de gota, que constituirían el martirio de la última etapa de su vida. No obstante, haría idefectiblemente todos sus viajes a pie y descalzo, sin otra defensa que el hábito raído y remendado a raíz de la carne, invierno y verano, guardando con la mayor escrupulosidad tanto los ayunos de Regla como las menores prácticas de observancia. Comenzó el recorrido por Suiza a mediados de julio, continuó después por el Franco Condado y la Lorena hasta los Países Bajos. Visitada la provincia de Bélgica, iniciaba en octubre la de las cuatro pujantes provincias francesas que le ocuparon todo el invierno y parte de la primavera. A mediados de abril de 1603 penetró por el Rosellón en España para girar la visita de la extensa provincia de Cataluña, única existente todavía en la Península. Los conventos se hallaban enclavados exclusivamente en los territorios de la anti– gua corona de Aragón. Hecho el recorrido de todos ellos, celebró capítulo provincial en Barcelona el 20 de junio y seguidamente se

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz